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Las palabras se le juntaban y no podía leer lo que ponía a continuación del párrafo: "...el farmaco ST3 queda en poder del empresario Jeon Jungkook".

En realidad se quedó atascada en ese párrafo y no podía seguir, todo le ocurría porque su cerebro solo veía ese punto como si un foco luminoso enfocara esa parte solamente.

Youngsoo se quedó ahí en el sitio sin poder tener ningún sentimiento.

Estaba quieta y sentada en la silla, así lo hizo por un buen rato, no sabía lo que hacer. ¿Como afrontar que su marido prefirió vender el farmaco que era su salvación para conseguir un buen negocio con ello?. ¿Cuanto consiguió? ¿Valía aquello que obtuvo más que su vida?

Maldita sea...hizo negocio con su salvavidas.

Porque eso es lo que había ocurrido. La señora Rice era importante para los negocios y ella era solo...

Cerró los ojos y se tocó la cabeza, pasó su mano por la piel sin pelo y lloró. ¿Como iba a gustarle si estaba horrible? Solo había sido una burda mentira. ¿Pero por qué había vuelto a ilusinarla? ¿Por qué hacer algo que nunca hizo?

Ya no podía más, había sido demasiado duro el tratamiento, el dolor pasado y ahora el engaño de su marido. Todo iba en su contra, ¿porqué?...¿Qué mal había hecho ella en este mundo para que le pagase la vida así de duro?

Lo que había tenido que pasar para poder acceder a una dosis de ese medicamento, dios mío, a la gente a la que tuvo que pedir que la tuviera en consideración, que vergüenza, y lo peor es que la había tenido engañada todo este tiempo diciéndole cosas que ahora dolían demasiado para no sentirse devastada.

¿Sentía lástima y por eso volvió? ¿Quería encontrar paz interior por lo que había hecho?

Se levantó tan de repente que la silla cayó tras ella.

Respiró agitada ya que todos los sentimientos malos llegaron a la vez, quería llorar y no podía.

¿Debía ir a reclamarle? ¿Debía decirle que se había comportado como un desalmado?

No.

No lo iba a hacer, se pondría de nuevo en evidencia y sería como si perdiera en todo esto que estaba viviendo por haberlo querido tanto.

Se limpió las lágrimas con la mano y se dispuso a vestirse. Quería ir a hacerse sus exámenes y los haría sola, no le diría nada a su marido.

Aún quedaban unas horas para la cita con el doctor Juwoon, si iba antes de tiempo no se enteraría Jungkook lo que decían esos exámenes. No sabría si iba a morir o no y es que no se merecía saberlo tampoco.

Llamó a un taxi y llegó al hospital cegada por el rencor y con miedo por si al final encontraban algo mal en su recuperación. La enfermedad podía estar aún ahí devastando su cuerpo. Eso la hizo temblar.

Entró en el vestíbulo y después subió en el ascensor hasta la planta donde Juwoon trabajaba.

Lo vio al final del pasillo hablando con un hombre, tuvo que decirle a sus pies que siguieran andando porque se habían quedado sin fuerzas y plantados en el mismo lugar. No podía avanzar por mucho que intentaba hacerlo.

—Otra vez no...otra vez no. Sola no puedo —susurraba y le costaba respirar.

Fue tal el miedo y el impacto que sintió por recordar el pasado, que sus pies andaban hacia atrás en vez de hacia adelante.

—Me iré lejos, nadie me verá morir.

Hablaba sola en el pasillo.

Quería huir, quería irse de allí y morir lejos y sola. Era una decisión de cobardes pero ya estaba bien de tanto dolor insoportable y que la hundía para ahogarla aunque quisiera flotar y respirar.

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