Hoy era el día en que los pacientes que habían completado la segunda fase de su recuperación, podían hablar por teléfono con sus familiares.
—Solo tendrá cinco minutos, después del tiempo establecido debe colgar, ¿lo ha entendido?
Jungkook escuchaba a una enfermera hablarle mientras tenía un teléfono móvil en la mano.
—Sí, lo he entendido.
Se sentó en una silla mientras la mujer salía por la puerta para darle privacidad.
El número de su mujer estaba en su memoria y con manos temblorosas puso el dedo en los números. Uno a uno fue marcándolos despacio.
—Diga.
—You, soy yo.
—Dios mío, cariño. ¿Cómo estás?
Jungkook cerró los ojos y disfrutó del sonido de la voz de Youngsoo. Echó su espalda hacia atrás y las piernas para adelante.
—Estoy bien, no te preocupes. ¿Y tú? ¿Sigues bien verdad? —tuvo miedo por un momento al pensar que le dijera que no.
—Estoy genial, mi pelo ya ha crecido, ¿sabes?.
A Jungkook se le saltaron las lagrimas.
—Te verás muy bella entonces cariño, aunque tú siempre lo has sido.
Cuanto deseaba verla en este momento, pero aún quedaba mucho para eso. Solo se consolaba sabiendo que estaría en este mundo y que ya no iba a desaparecer.
—Me iré de viaje por un tiempo You, te llamaba para decírtelo y que le digas a Yoongi que firme la petición que le llegará a su correo electrónico.
—¿Un viaje? ¿Donde si se puede saber? —Youngsoo sintió miedo porque no quisiera volver a su vida de antes.
Tal vez era un escape y no una salvación.
—Es una terapia nueva donde dicen que puedes dejar atrás tus miedos. Voy a pintar You. Haz eso que te he dicho por favor. Quiero volver a tí como alguien nuevo y con muchas ganas de amarte.
¿Cuanto tiempo más? ¿Cuanto debían esperar?
—Lo haré no te preocupes, y aquí estaré esperándote hasta la eternidad si hace falta.
Y así se hicieron las cosas. Yoongi firmó la petición de Jungkook.
Éste se fue a New York, era una terapia pionera que un famoso pintor puso en práctica con otros igual que él. Personas que no podían expresar sus sentimientos y los escondían a tal punto que se destruían a sí mismos.
—¿La muerte es tan horrible? ¿Creéis que todo acaba en ese momento, o que por el contrario es que iremos a un lugar mejor del que queremos escapar?
Un hombre de sesenta años andaba por la parte baja de unas gradas que se alzaban sobre seis filas de asientos.
Las personas que lo escuchaban estaban atentas a sus explicaciones. Y Jungkook estaba sentado en la última fila. Quería pasar desapercibido. No vestía con traje ni chaqueta. Ahora se sentía bien con un chándal de algodón y unas zapatillas de deporte.
—Yo creo que en ese momento que decides dejar atrás todo es para descansar —se escuchó hablar a una mujer con voz relajada.
—Muy bien. Y digo yo, ¿merece la pena perderse los placeres de la vida por algo que nos afecta en un momento determinado? Porque todos tenemos situaciones similares donde creemos que nunca podremos salir vivos de ellas. Pero claro está, unos lo ven como un reto y otros como una derrota. Y por eso os voy a pedir un reto, eso que tanto os asusta —se puso el hombre frente a la pared frontal y deslizó un cartel en el que había una interrogante pintada de color rojo—. ¿Seréis capaces de pintar solo con las manos lo que lleváis escondido en vuestro interior y que os gustaría sacar para alejarlo lo más posible de vosotros?
Jungkook salió del salón y fue dirigido por tres hombres corpulentos junto a cuatro pacientes más. Puso la capucha de su sudadera tapando su cabeza porque no quería que nadie lo reconociera. Había gente en New York que sabía quién era el empresario Jeon Jungkook.
Fueron llevados a un edificio antiguo donde había varias habitaciones. Cada uno tendría la suya, iban a sacar odio, opresión, malos momentos y muchos recuerdos dolorosos que no querrían que nadie viera. Necesitaban privacidad para dejarse llevar y pintar en un lienzo grande que les habían entregado.
Jungkook entró a la habitación asignada y se encontró el lienzo en blanco, latas de pintura y un mono vaquero.
Se lo puso y se sentó en un taburete en frente del trozo de tela blanco que se alzaba frente suya.
¿Qué debía pintar? ¿Que color debía usar primero?
El negro era el más significativo y además el que más le gustaba usar en su vida diaria. Metió la mano en el cubo de ese color y masajeó su viscosidad con detenimiento y con los ojos cerrados.
"¡Papá no te vayas!"
Sacó la mano y la estampó con fuerza para arrastrar la pintura hacia abajo.
Respiró agitado y abrió los ojos, la línea que se formó lo calmó un poco.
—Uff...esto promete joder. Es un puto placer pelearse con toda esta mierda sin que nadie te vea.
Miró otro color. Ahora sería el rojo.
Metió su mano con determinación. Cerró los ojos.
"Mamá me duele quiero que venga papá a verme"
Y...¡Pum!
—¡Capullo de mierda no te necesito!
Su grito desesperado arrancó de su pecho el pesar y lo trasladó a sus ojos que se llenaron de lágrimas.
El color rojo cubrió parte del negro que se mezcló a su paso.
Se tocó la cara y llenó de pintura su mejilla.
—Me moriré de esta mierda, lo estoy viendo.
Pasó la lengua por los labios y después mordió el inferior.
—¿Que puto color uso ahora?...venga el amarillo.
Metió la mano nuevamente y lo impregnó de los demás colores, todo estaba salpicado, pero aquello no importaba.
Cerró los ojos con un poco de miedo.
"¡No voy a jugar porque los niños tienen a su papá y yo no!
—¡Eres un hijo de la gran puta allí donde estés!
El amarillo quedó pegado en una esquina porque su cuerpo se había desplazado a un lado demasiado. Calló al suelo llorando como un niño pequeño pero con la rabia de todo un hombre.
La imagen de You se le apreció mientras se estaba autoconsolando.
Nunca vivió más tranquilo que en ese entonces con ella. Fueron sus momentos juntos los que le dieron la paz de alma que necesitaba. Pero él no le correspondió porque no podía recibir amor cuando en ese espacio solo había odio y rencor por otra persona. Y como no se atrevía a mover unos cimientos que le traerían éste dolor que sentía ahora, pues la relegó a una vida sin sentimientos.
You no se merecía estar esperando toda la vida a que él se deshiciera de ese dolor que sentía por una persona que no miró nunca por su salud ni por el día a día que un niño necesitaba para ser protegido y amado.
—You espérame —decía en el suelo tirado—. Voy a volver a tí para darte todo el amor que siempre te has merecido...
💜💜💜
Así estoy 😭😭😭
ESTÁS LEYENDO
Volver A Tí ♡♡
FanfictionSu lejanía, esa frialdad que lo caracteriza y no estar en el lugar indicado cuando fue necesario, traerán dolor al empresario Jeon Jungkook. Queda totalmente prohibida la adaptación de ésta historia sin mi consentimiento. Amor Enfermedad Dolor Cambi...