Su lejanía, esa frialdad que lo caracteriza y no estar en el lugar indicado cuando fue necesario, traerán dolor al empresario Jeon Jungkook.
Queda totalmente prohibida la adaptación de ésta historia sin mi consentimiento.
Amor
Enfermedad
Dolor
Cambi...
Youngsoo al ver que su mirada había cambiado tanto, creyó que no lo conocía, dio un paso atrás en cuanto la dejó tocar el suelo con los pies descalzos. Su marido se estaba comportando demasiado sensual y sexi. Su sonrisa la hizo morderse el labio.
-Esa nueva manía tuya me va a volver loco you, potencia tus labios y has hecho que esta noche te desee más que nunca.
La tomó de la cintura y tiró de ella, la pegó a su pecho de un solo tirón.
Ella sintió como su pecho rebotó en esa masa musculosa que tenía su marido. Jadeó y lo miró porque le estaba sonriendo.
-Ya es hora que nos divirtamos con esto, ¿no crees? -se lo decía con voz ronca mientras tenía su nariz rozando su cuello. La olió despacio y luego soltó el aire por la boca. Le había gustado inhalar su olor-. He sido un imbécil con no darte el placer que te mereces. Me gustabas mucho, quiero que lo sepas pero no me dejé llevar y me arrepiento como no sabes.
-¿De verdad quieres que lo hagamos sin que haya presión por nada de lo que haya ocurrido en este tiempo? No me debes nada Jungkook, solo vayamos despacio. Tenemos toda la vida por delante, ahora sí lo podemos hacer bien.
Jungkook cerró los ojos porque eso lo había herido, fue como si le fuese disparado al corazón. Eso es lo que él quería que pasara, "tener toda la vida por delante"...pero como no lo sabía, hoy le demostraría que siempre había sido un hombre, se avergonzaba de no habérselo demostrado antes.
El sexo que tuvieron fue un asco, no quería pensar porque iba a maldecir esa vergonzosa faceta que tuvo por esconderse en su interior. Cuanto daño le había hecho su padre joder, tanto que no le dejó demostrar a una mujer que sabía follar bien.
Recordó como se escondía para correrse solo cuando su cuerpo se lo pedía, ¿por qué no la buscó?...era su esposa. IDIOTA. Movió un poco su cabeza para olvidar esos momentos tan bajos y que decían de él tanto.
Aunque en su defensa tenía que decir que nunca la deseó tanto como ahora, que no pensó jamás como un animal irracional porque las ganas lo hubieran puesto al borde del abismo, no sabía que existía en el mundo un sentimiento tan grande. Ni tampoco sintió lo que su cuerpo le pedía en este momento. Amaba a la mujer que tenía delante, tenía los pómulos rosados y los ojos brillantes de deseo por él. Una maldita provocación que lo hacía arder y sentirse preparado para hacerla gritar.
Quería meter las manos bajo sus ropas y sentir su cuerpo, pasearse por sus curvas hasta mañana sin cansarse.
Haber tomado alcohol lo tenía aún más excitado.
El pantalón vaquero que se puso después de quitarse el otro cuando llegó para estar más cómodo, se le clavaba entre los muslos ya que todo había crecido demasiado ahí abajo.
-¿Qué si quiero hacerlo? ¿Que si quiero follarte?...Joder You , nunca quise hacer nada en mi vida con tantas ganas como esto -le cogió la mano y despacio se la bajó hasta llegar a la hinchazón que casi no podía soportar.
Ella abrió los ojos y volvió a morderse el labio. Al hacerlo sintió como algo le palpitó contra la mano. El calor que emitía su virilidad traspasaba la tela.
-Sigue con eso y me verás subido en el armario You -le dijo ronco y tragó por haberle visto morder el labio otra vez-. Con razón el champán de aquí es tan comercializado, no sé tú pero yo ya no aguanto más, aprovechemos la ocasión maldita sea.
Chocó su boca con la de ella y la hizo caer en la cama. Le aprisionó el cuerpo mientras bajaba las manos hacia su pantalón. Consiguió sin dejar de besarla desabrochar el botón.
Le metió la mano encontrando lo que buscaba.
-Mierda -dijo en su boca con un jadeo- ¿estás empapada ya?
-Ay por dios... -ella se estremeció ante su toque pero se quedó quieta para disfrutar el momento que le estaba regalando. Agarró las sábanas que tenía debajo y las estrujó mientras sentía los dedos de su marido moverse dentro.
Cuando ya no pudieron más con el deseo que sentían, se quitaron la ropa con tanta prisa que se sintieron mareados. El alcohol estaba ahí todavía.
Jungkook se tocó la frente quitando el sudor que salía por su piel y se irguió poniendo las rodillas en el colchón. Se quitó la camiseta blanca y se quedó desnudo de cintura para arriba.
La piel expuesta y los músculos dejaron a su mujer disfrutando. Que se hubiera convertido en un descarado y un salvaje la iba a matar. No quería pensar en lo que le esperaba, pero ahí estaría esperando todo ese cuerpo para ella solita.
-Levanta un poco las piernas -le ordenó mientras tiraba de ella por la cintura para atraerla-. Esta vez quiero ver con detenimiento todo, y cuando digo todo es todo You -puso una sonrisa guarra que a ella la dejó con la boca abierta.
Youngsoo agradeció haber tomado ese champán. Compraría un camión para llevarlo a Seul. Nada se comparaba a como se estaba comportando, esto si era estar casada con el hombre que siempre había amado y que todas miraban deseando que las hiciera suyas.
Bajó hasta su coño y se lo saboreó, tanto lo hizo que consiguió que ella dijera su nombre entre jadeos ahogados cuando el orgasmo le atravesó el cuerpo. Después la escuchó reír.
-Joder, eso ha estado bien, ¿no? Se te escuchó tan bien que creo que ahora quiero yo estar así como tú -se acercó a sus labios y le dió parte de lo que había chupado él.
Después buscó un preservativo, compró dos cajas en Seul. Al principio no sabía si podría empezar ni siquiera una de ellas, pero ahora sabía que iba a acabar con todos.
Se preparó y se posicionó. Y ahí se la clavó sin pensar en nada, tan solo quería disfrutar de todo lo que perdió por ser tan frío e insensible.
Fue un puto amargado.
Se afanó en lo que estaba haciendo, era un gusto extremo estar dentro de su mujer y pensaba que era el mejor lugar en el que podía estar jamás.
-Te prometo que cuando todo se ponga mejor te daré un hijo You -siguió con los envites sin darle tregua y sin dejar de hablarle al oído- seremos padres cuando tu cuerpo pueda soportarlo.
Ella sintió ganas de llorar pero al encontrar de nuevo la liberación dejó de pensar y se cogió a sus hombros para gritar junto a él por el éxtasis que los atravesó como una tempestad en medio del mar...
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Pido perdón como siempre... iré a rezar...
He tenido hace unos días una queja de mi escritura, no a todo el mundo le puede gustar como lo hago, eso lo sé. Pero también tengo que decir que yo no soy mis personajes, ellos tienen vida propia y pueden hacer lo que quieran según las circunstancias que los rodean.
Por favor si la lectura que os ofrezco no os gusta buscar otra que hay muchas más, pero no me tratéis mal porque no os gusta como piensan mis protagonistas...yo no soy como todos ellos...yo soy yo y no me conocéis...
