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—Ay señor, esto va a estar bueno, ¿verdad?

—Todo lo bueno que tú quieras que esté cariño. Solo dejate llevar y cierra los ojos, que yo me encargo de todo.

Jungkook besó la mandíbula de Youngsoo en repetidas ocasiones hasta llegar a su cuello y dejar en él numerosos besos.

—He soñado con hacer esto desde el día que tuve consciencia en ese maldito centro en el que estuve encerrado —el susurro cargado de deseo lo escuchó ella en su oído derecho— y nada más que por eso disfrutaremos como nunca You, te lo prometo.

Soltó el aire jadeante y se agarró a los anchos hombros de su marido cuando notó que tocaba esa parte interna y suave de sus muslos.

—Quiero que sepas lo bonita, deseable y apetitosa que eres You —llegó Jungkook a acariciar su deseo. Ese que estaba plagado de sus chorreantes jugos y que le ayudaban a que fuera más fácil deslizarse sobre sus pliegues, y ese punto álgido que enloquecía cuando se lo tocaba a su mujer.

Youngsoo abrió sus piernas para sentirlo mucho mejor. Estaba ansiosa, y se dió cuenta lo necesitada que estaba y estuvo de esas caricias y de esos dedos que llegaron a entrar en su feminidad con tanta profesionalidad.

Necesitó este momento demasiadas veces en los años pasados, y por fin hoy, iba a cumplir ese deseo que pidió muchas veces ante una vela el día de su cumpleaños, o cuando vio una estrella fugaz, o el día que supo que ya estaba bien y curado, y que volvería a su lado. Su mayor esperanza era tener a un Jungkook entregado como ahora estaba en ella. Cuando realmente podía sentirlo plenamente y con esa dulzura y a la vez lujuria que se estaba proponiendo tener.

Era suyo. ¡Ay señor, que por fin era suyo!

—¿Te gusta así cariño? ¿O te doy más rápido?

—Haz...lo que...quieras. Lo que tú...quieras —jadeó ella.

Él reía, y poniendo el codo en el colchón y la mano en su cara para sostener su cabeza, la miró. Más bien la admiró, porque tenía los ojos cerrados y las mejillas coloradas y además respiraba agitada por lo que le estaba haciendo sentir.

—You, sé que no voy a ver nada más bonito en mi vida que lo que tengo aquí delante de mí. Volver a tí es lo mejor que hice y haré nunca jamás. Te amo mucho, pequeña mía.

Se bajó el pantalón y los boxer con una mano sin dejar de tocarla con la otra.

Solo deseaba enterrarse hasta los confines en esas pareces que estaba tocando con dos de sus dedos.

Notaba como lo poseía el palpitar y el calor de su sexo, ¿Como no perforar ese conducto que lo tendría loco en el mismo instante que la hiciera suya?

Y lo hizo. Se posicionó y la devoró.

—Mierda You —sintió como se arqueó la espalda de ella y la agarró por debajo de la cintura para que no se escapara, y también para ayudarse a enterrarse más y más profundo.

Saber que esa sensación sería para él solito lo hizo arder todavía más. No la volvería a dejar nunca, no se separaría de su lado jamás. Sería su mayor tesoro y el único que merecía atesorar hasta su muerte.

Un año después

—Esto es de locos, ¿pero se puede saber qué están haciendo ahí dentro?

Jungkook andaba de un lado a otro de la estancia de paredes y mobiliario blanco con su traje oscuro de Gucci.

—Todo lleva su tiempo —le dijo Yoongi intentando calmarlo.

—¿Pero porqué no me llaman? Se supone que estas clínicas privadas que valen tanto dinero son para que podamos entrar cuando queramos a esa jodida habitación, ¿no? —puso las manos en sus costados y se paró ante su amigo desesperado.

Volver A Tí ♡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora