Volver A Tí ♡♡

18

Habían pasado tres semanas desde que Youngsoo estaba recibiendo tratamiento. Ella se encontraba realmente mal, eran los indeseables efectos secundarios. Dijeron que no habría pero se equivocaron. Los vómitos y los espasmos la hacían sufrir.

Al menos lo que eran sus análisis y exploraciones estaban realmente bien, el tumor remitía y eso era muy buena señal para su recuperación.

Estaba en éste momento en una sesión con el doctor Juwoon. Tenía que ponerse la cuarta dosis, ya solo le quedaría una después.

Llevaba puesto un pañuelo enroscado en su cabeza porque no quería ir enseñando por ahí su escasez de pelo. No era ésto un problema para ella, solo era algo que tenía que dejar pasar sin pensar mucho en ello.

Se lo había rapado Jisoo que le hizo una fiesta en la habitación donde pasaban la mayor parte del tiempo. Fue con un poco de alcohol y cigarrillos. Lo hicieron a escondidas como dos adolescentes malcriadas.

Su amiga pidió un receso en el trabajo, eso le dolió a Youngsoo, pero egoístamente se lo agradeció, nunca podría pagarle lo que estaba haciendo por ella. Una amiga así valía oro en momentos donde pensaba que su mundo se estaba destruyendo.

InYeop la esperaba fuera en el pasillo del hospital, se había vuelto su gran protector, no lo hacía por nada impuro ni maligno, solo porque tenía la esperanza de que viviera, que aquel sentimiento que tuvo en el pasado fuese mitigado por ayudar a alguien que estaba en un problema similar al de su difunta hija.

—Te voy a administrar un sedante menos fuerte ésta vez Youngsoo —le dijo Juwoon que la miraba con sus ojos verdes y con una sonrisa amigable.

—Lo que hagas está bien —le contestó ella que estaba tendida en la camilla.

El líquido entró y ella se relajó, después le inyectó el medicamento para su tumor.

La dejó descansar por un momento y salió para coger los documentos que tendría que firmar.

—Ya veo que lo conseguiste —escuchó una voz que le hablaba.

Abrió los ojos y se encontró a Hiunsu con una sonrisa maquiavélica.

Su corazón empezó a latir con fuerza pero su cuerpo no podía moverlo por estar en un estado de leve sedación.

—¿Sabes lo que me costó que no tuvieras acceso a éste tratamiento? —sus palabras querían herirla.

—Déjame —dijo ella somnolienta—. Ya lo tienes....ya es tuyo...¿Qué más quieres? —su voz se sentía en un tono bajo y lastimero.

Hablaba de Jungkook.

—Nunca fue tuyo, así que no te sientas como si yo te lo hubiese quitado, más bien fuiste tú quien se interpuso entre nosotros —le lanzó con mala saña y le miró la mano, se la cogió y vio que aún llevaba el anillo de bodas, se lo quitó de malas maneras—. Ésto debió ser mío, lo que ocurre es que su madre se interpuso en nuestro amor.

No podía hacer nada contra aquello, estaba tan aturdida y tan dolida con todo que tampoco quería encarar la situación.

El doctor Juwoon entró y la otra se metió el anillo en el bolsillo de la bata blanca.

—Hiunsu, ¿Tú por aquí? —entró y miró a Youngsoo—. ¿Qué te ocurre? ¿Por qué lloras?...

En el pasillo estaba Jisoo pensativa, puso sus codos en sus piernas y acunaba su rostro con sus manos. No era una chica muy infantil pero sí muy activa y risueña.

Con esa posición se veía tierna y asustadiza. InYeop la miró de reojo.

Estaba siendo de gran ayuda para su amiga, pero para él se estaba convirtiendo un tanto incómoda. La veía bajar por la barandilla de las escaleras de la mansión como si fuese parte de un parque de atracciones.

Otras veces reía tan fuerte que la escuchaba desde su dormitorio y lo tenía de los nervios. Y cuando lo puso entre las cuerdas fue en el momento que se encerraba en el ático a llorar. La escuchó un par de veces que fue a por algunas cosas que guardaba allí y no entró por dejarle privacidad. Solo se sentó en el suelo y sufrió por su sufrimiento.

Él hizo lo mismo con anterioridad, se escondía para que su hija no lo escuchase, era un sentimiento de protección hacia el que estaba enfermo, sonreír siempre en su presencia.

—Señor Hwhang —se encontró su mirada de pronto y eso lo hizo salir de sus pensamientos de forma brusca.

—¿Sí? —se acercó a ella pero no mucho.

—¿A que ella se va a poner bien?

Él suspiró y decidió sentarse a su lado, la miró con ternura, era la primera vez que lo hacía desde que la conoció.

—Ya verás que así será, y si no puede conseguir salir de éste mal sueño solo te pido algo, jamás la abandones y sigue como hasta ahora porque lo estás haciendo muy bien —le dijo y después le sonrió un poco.

Su voz era fuerte, todo un hombre que sabía lo que decía a cada momento y encima tan atractivo que hizo a Jisoo mirarlo con cara de boba.

Se sentía mal por lo que le decía, sabía lo que significaba y era la verdad. Solo podía darle amor y estar pendiente de sus deseos.

En ese momento salió Hiunsu y ella se levantó violentamente haciendo que InYeop se sobresaltara.

—¿Qué ocurre? —se levantó también él.

—¡Tú! —le dijo a la otra que paró en seco para mirarla.

—Jisoo —la cogió InYeop del brazo para pararla—. Es una doctora, tranquilízate.

—Es una víbora venenosa, eso es lo que es —dijo ella entre dientes y enfadada—. ¿Qué hacías ahí dentro? ¿Por dónde has entrado que no te he visto hacerlo?

—¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo? Haré que te saque seguridad del hospital como no me respetes —se molestó la otra.

—Por favor —la volvió InYeop y la miró con dureza—. ¿Cómo eres tan infantil? Me desesperas a veces, no me gusta tu forma de ser, eres demasiado irracional para tener la edad que tienes, ¿Crees que así se le habla a alguien superior a tí? —al fin explotó por no saber lo que lo hacía sentir.

Ella se quedó quieta procesado sus duras palabras, que la hubiera considerado una pobretona al lado de aquella y sobre él mismo le dolió más de lo que creía.

—¡Suelta! —se zafó de un tirón y lo miró mal—. No eres nadie para decir lo que has dicho, si crees que porque estoy en tu casa puedes hacerme sentir una recogida o una mujer sin recursos estás equivocado. Yo tengo vivienda propia y un trabajo. Estudié por muchos años para forjar una buena vida, así que quédate con tus riquezas y tu odioso egocentrismo señor Hwhang...

Se acabaron los formalismos entre los dos...