Kim Namjoon, el chico con un coeficiente intelectual de 148. Supera al resto de su generación y ha ganado la oportunidad de estudiar en la gran Universidad de Seul.
La beca era de un 100% así que no tenía nada porque preocuparse. Sus padres se sintieron orgullosos por la noticia y no dudaron en felicitar en grande a su único hijo.
El alfa venía de una clase baja, su padre trabajaba en un taller reparando autos y su madre era asistente en un taller de costura. No ganaban mucho, pero aún así se encargaron de darle a su hijo lo mejor. Conocían sus cualidades y sabían de sus habilidades. Desde muy pequeño mostró interés por la ciencia y se notaba su inteligencia en la mayoría de las cosas.
"Él conoce muchas cosas que los demás no saben, pero no conoce lo que las personas comunes deberían saber"
Si, un poco torpe a la hora de entablar una conversación y poco factible con las tareas diarias. Daba su mejor esfuerzo pero aún así lograba romper algún objeto, razón por la que su madre le prohibió entrar a la cocina nuevamente.
Pero con eso y más de sus preciosos defectos, era el receptor del amor de sus padres.
Tenía la oportunidad de estudiar en una universidad de elite donde podría conocer a más personas, eso le facilitaría al mundo de los negocios. Eso es lo que quería, anhelaba tener su propia empresa de videojuegos y también una de medios, eso es lo que le gustaba. Iniciaría por estudiar contaduría y después sistema de operaciones. Él tenía una gran mente para los negocios y lo demostraría.
Pudo haber sido un gran científico, un maestro de las ciencias y más, pero sus sueños eran otros. Su familia lo apoyó desde un principio y agradecía cada detalle que le daban como muestra de afecto.
Cómo ese día, ese en el que comenzaba su primer día de clases. Los señores Kim le regalaron una nueva laptop para sus estudios, ya que la anterior que tenía en la preparatoria la tiró por accidente en un balde de agua. No lo reprendieron, de cualquier forma ya la necesitaba después de haber tenido una que adquirieron a un bajo precio al ser de uso.
Incluso les sorprendía que la haya podido cuidar durante dos años, siendo demasiado sacrificio por parte de su hijo.
—Mucha suerte hijo.
—Serás el mejor. Esfuérzate y lo conseguirás.
—Lo haré mamá, gracias papá —el chico se despidió de ambos y salió del auto.
Les agradeció por la molestia puesto que su padre incluso rentó un auto para llevarlo a la universidad en su primer día. Pero agradecía más su solidaridad para que pudiera asistir desde un principio, teniendo que hacer una mudanza desde Ilsan a Seul, estando con él en todo momento para apoyarlo y cuidarlo.
Con una tímida sonrisa y un gran suspiro, despejó su mente e ingresó a las instalaciones de la universidad. Pasó desapercibido y agradecía aquello, puesto que sus nervios y su timidez no le permiten tener que hablar con algún desconocido por más de un minuto. Mantenía en sus manos su horario y una guía para buscar el área de contabilidad.
Quedó cautivado desde un principio, el área era enorme y las clases que impartían eran las mejores. Había varios talleres y clases extras, pero a él solo le interesaba el de matemáticas. Y el primer lugar que quiso visitar antes de su primera clase fue la biblioteca, amaba la lectura y nadie podía quitarle ese pasatiempo.
Ignoró a las personas de su alrededor y se concentró solamente en llegar a dicho lugar, solo que un tropiezo arruinó su tranquilidad. Un joven alfa venía corriendo a su dirección y por la rapidez pasó a empujarlo, cayendo al suelo sus anteojos y por poco el cuerpo de Namjoon, pero pudo encontrar equilibrio y mantenerse de pie.
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Con Aroma A Café
أدب الهواةSeokjin ha caído ante los encantos de Namjoon, sin imaginarse que su familia estaría más involucrada a pesar de evitarlo. Tras esa máscara esconde a su sensible corazón, provocando que su amado sufra las consecuencias de sus palabras. Kim Namjoon de...