Con Aroma A Café

2.23

Seokjin se dirigió a la oficina de su padre dentro de la empresa, no le prestó atención a la secretaria que lo saludó y entró sin tocar la puerta. Su simple olor mostraba todos sus sentimientos sin siquiera tener que ver su expresión de enfado y los ojos que fulminaban a cualquiera.

—¡¿Por qué te metiste con Nam?! —sus palabras no fueron para nada amables, se acercó hasta el escritorio y golpeó la madera con una mano—. No tenías nigún derecho de hacer que le quiten la beca.

—¿Quién te crees para entrar así? Soy tu padre, que no se te olvide.

—Y yo soy tu hijo y ni siquiera eso te detiene para lastimarme.

—¿Te estás escuchando? —al fin el hombre dejó de teclear y miró a su hijo con seriedad—. Te ordené que terminarás con esa patética relación y no escuchaste, ahora yo me haré cargo.

—¡No! Tú no tienes porque interferir. Es MI relación. Así que más te vale retirar esa estúpida orden y dejen volver a Namjoon.

—No pienso hacerlo —el señor Kim se cruzó las manos y se recargó en su silla giratoria—, y hazle como quieras. Pero te lo advirtio, tú te sigues mega do y lo terminaré de hundir.

—Ya te lo dije, deja de meterme en mi relación. A ti qué te importa con quién ande o no. Es mi vida y yo decido con quién estar.

—Te equivocas, eres el heredero de la familia Park, es tu deber acatar las órdenes y los planes que se te imponen...

—Pues ni creas que haré lo que tú quieras. Yo seguiré con Nam sin importarme en lo más mínimo tu opinión —Seokjin lo miraba desafiante, jamás en su vida había hablado más serio como en ese momento, sin importarle las consecuencias.

El señor Park lo miró incrédulo, su hijo no era el mismo y no le daba dejarlo perder el camino.

—Es tú futuro. Tú sabes cuál es tu deber. Saldrás con quién yo diga y te casarás con el alfa que yo elija.

—¿Por qué? ¿Solo para mantener a flote está estúpida empresa?

—Esta estúpida empresa como tú la llamas es la que te ha mantenido toda tu vida —dejó su silla y camino delante de su hijo, rodeando el escritorio hasta poder verlo a los ojos—. Así que tú esposo debe ser el mejor para que se haga cargo de ella.

—¿Te estás escuchando? Estás poniendo tu estúpido legado familiar sobre la felicidad de tus hijos. ¡No pienso hacerlo!

—Es una orden —ambos olores estaban llenado por completo la oficina. Autoridad y enojo se percibía en el aire—. Así que más te vale terminar con ese... Becado o voy quitarlo del camino por mí mismo. Puedo hacer más que solo cerrarle las puertas...

—Tú le tocas un pelo a Nam y entonces te olvidas de que tienes un hijo —su voz sonó firme y no se retracto de sus palabras. Esa fue una sentencia antes de darse la vuelta para irse.

—Seokjin —detuvo sus pasos pero sin girar a ver a su padre—. Última vez que te lo diga, no tienes futuro con él así que terminalo o haré que él desaparezca de tu vida.

El omega soltó un gruñido antes de salir azotando la puerta. Las palabras de su padre retumbaban en su cabeza las cuales le trajeron consigo una jaqueca. Tomó el ascensor que lo llevó directo al estacionamiento, ahí lo esperaba su hermano el cual se encargó de abriles la puerta y ordenarle al chófer irse a casa.

Seokjin necesitaba sacar todo lo que lo abrumada y también la ayuda de su hermano para solucionar ese problema. No se sería por vencido tan fácilmente.

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El alfa Namjoon se encontraba divagando en sus pensamientos, aún mantenía en secreto a sus padres sobre la perdida de beca en la universidad de Seúl. Aún se mantenía positivo y buscaba la forma de resolver el problema.