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El lunes al fin había llegado, y consigo los nervios que atravesaba Namjoon. El día anterior se había resistido a las ganas de mandarle un mensaje a Seokjin, pero se contuvo ya que no quería fastidiarlo. Además, aún no sabía que hacer exactamente.

Se había acostado con el chico más popular de la universidad, su crush desde hace tres años cuando entro a estudiar con él. Aunque ambos llevaban diferentes carreras, estaban en la misma área de la universidad así que podían encontrarse.

Y desde que pudo verlo salir de una de sus clases quedó embobado, tanto que lo seguía de lejos para descubrir un poco más de él. Pero claro, manteniéndolo en silencio ya que sabía que por ser de diferente clase social, jamás podría estar con él. Además, de no poder mostrarle su existencia puesto que en la universidad era tachado como un "nerd" con desgracia física. Eso lo hacía sentir peor, no tenía el valor suficiente de acercarse y terminar siendo rechazado.

Pero todo cambio desde esa tarde en la que al fin se había atrevido a hablarle, y comenzar ahí una extraña unión. El proyecto era una buena excusa para verlo, pero después de haber tenido una noche increíble en la cama no sabía lo que pasaría exactamente. ¿Sería rechazado? ¿Lo dejarían en el olvido? O incluso, ¿podría soportar que solo lo buscara para tener sexo?

Bueno, no. Porque eso le rompería el corazón al tener sentimientos más fuertes que solo deseo.

Eso lo inquietaba, no lo quería lejos de él después de saber que podían estar juntos de una u otra forma. Pero la paciencia era su virtud así que sería capaz de esperar una respuesta.

Excepto ese día, ya había ido a su primera clase así que recorrió el pasillo en busca de su omega, bueno, el omega de sus sueños. Salió afuera ya que recordó que muy pocas veces asistía a sus clases y se la pasaba vagando por el campus.

—Hola, Joonie~ —sentir el aliento de Seokjin detrás suyo lo puso rígido al instante, había llegado por sorpresa y ahora había olvidado todo lo que planeo decirle.

—H-hola —al fin giró, encontrándose con la sonrisa de Seokjin. Tragó duro pidiendo al cielo poder mantenerle la mirada, sin pensar en como se veía sin ropa.

—Acaso, ¿me estabas buscando?

—¿Y-yo? Claro que no —negó con una risa nerviosa—. Bueno, si, pero era por lo del proyecto.

—Oh, ¿en serio? —elevó una ceja interrogativo, esperaba otra respuesta.

—Si, eso. Solo eso.

—Creí que te preocuparías por mí —el omega dió un paso adelante para estar más cerca, solo que el alfa retrocedió otro.

—L-lo siento...

—Me dejaste con un dolor de culo horrible —Namjoon se sonrojó y bajó la mirada incómodo, no quiso lastimarlo.

—Lo lamento...

—Pasé  todo mi domingo en cama, tuve que mentirle a papá y le dije que tenía flojera.

—Lo siento...

—¿Y sabes que es lo peor? —Namjoon lo miró preocupado—. Que no me arrepentí de nada.

—¿Qué?

—Es más, quisiera repetirlo.

Namjoon quedó perplejo, ¿había escuchado bien? —Tú... ¿Qué?

—Por cierto. ¿Cómo te fue con tus padres? —Seokjin cambió de tema, sonriendo en sus adentros al ver cambiar la expresión del alfa.

—Oh eso. Pues b-bien.

Seokjin elevó una ceja, eso era imposible. Si los padres de Namjoon eran la mitad de lo que su padre era, entonces mínimo lo habrían dejado sólo salir para ir a la escuela y volver temprano.

Con Aroma A Café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora