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Boquiabierto. Así es como quedó Seokjin ante la llegada de Namjoon.

Aún incrédulo tuvo que fingir calma, puesto que no podía ni debía lanzarse a él para hacerle muchas preguntas, empezando por cuestionar la razón de lo que hacía realmente ahí.

Y sobre las acciones que implican comerse sus labios carnosos, también tuvo que resistir la tentación. Solo se dispuso a mirar de pies a cabeza como es que su anatomía había cambiado durante ese tiempo, no lo recordaba así y algo dentro suyo se removió.

"Estás más bueno que antes... Digo, no puedes pensar en eso, Seokjin"

—Seokjin... —el nombrado salió de su ensoñación y miró a su padre, quién lo llamaba y tuvo que ponerse de pie—. Bien, el es mi hijo  Park Seokjin y está en el puesto de CEO temporalmente.

El omega asentía sin estar consciente de lo que su padre hablaba, se había perdido en el rostro varonil de su ex y como cada expresión lo prendía. Y Namjoon pudo sentir esa mirada profunda de parte de Seokjin, pero no le prestó atención para evitar cualquier movimiento en falso.

El alfa también tenía su propia versión respecto al cambio que tuvo su exnovio, todo su cuerpo se notaba más que perfecto, aunque su rostro seguía intacto, pero el maquillaje sutil lo hacía ver "presentable" según él, por no decir que realmente es hermoso.

—El es mi asistente, Jeon Jungkook. Ocupará la oficina conmigo —esas palabras lo regresaron a la realidad, notando por fin al joven alfa de cabellos rojos que venía con Namjoon.

—Yo me haré cargó de cualquiera cosa que Namjoon no pueda atender —comentó el pelirrojo haciendo una leve reverencia a los presentes.

—Así es, tiene toda mi confianza, no habrá problema si se dirige con él, joven Park.

—Señorito, Seokjin —aclaró con voz segura el omega, siendo consciente de la realidad—. Y está bien, aunque por ahora solo se hará la firma del contrato, posteriormente se les asignará su oficina.

—La más grande, Nam, recuérdalo. Las más grande —Namjoon le dió un codazo a su asistente para que dejara de susurrar en su oído—. Auch...

—Entonces hagámoslo oficial. Por aquí, por favor —el señor Park lo invitó a sentarse, tendiendo le los documentos en una carpeta—. Ya le había enviado una copia a su asistente para que lo leyera, pero si gusta puede hacerlo nuevamente.

—No hace falta —respondió a la vez que ojeó con rapidez las hojas—. Solo firmaré, señor Park.

Seokjin se quedó sentado frente al alfa, mirando con atención el movimiento de su mano para poner la firma requerida. Posteriormente volvió a perderse en el rostro concentrado del moreno, la mandíbula tensa lo hacía lucir exquisito para Seokjin y no evitó tener un sin fin de alucinaciones con él.

—Esta hecho —habló el alfa Seojoon y recogió los documentos, dándoselos a su secretaria—. Bienvenido a la empresa, señor Kim. Estoy seguro que no se arrepentirá de incluirse a este equipo.

—Oh, estoy seguro de eso —sonríe de forma inexplicable, estrechando su mano con la del contrario.

—Ahora quédese para la junta de todo el comité. Es buen momento para empezar a saber cómo funciona está empresa.

—Claro que si, muchas gracias —ante las miradas tomó asiento junto a su asistente

—Seokjin... —el nombrado entendió la referencia de su padre, dejando su asiento para posarse frente a los presentes y así comenzar con los puntos importantes, con un leve intento de no cruzar miradas con Namjoon, quién evitaba lo mismo o le sería imposible no hacerle un gesto desagradable.

Con Aroma A Café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora