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Jimin caminaba por los largos pasillos de la empresa, buscó con la mirada el estudio de fotografía y una vez que captó la puerta, se apresuró a entrar. Ya llevaba tiempo conociendo la agencia de su familia, desde que aceptó ayudar a su hermano lo hizo con toda la responsabilidad posible, no era alguien que le interesara el negocio familiar pero se comprometió en hacer que Seokjin logrará su objetivo.

Su atención cayó en la silueta de su hermano una vez entró al estudio, habían modelos siendo arreglados y supervisados por él mismo, caminó unos pasos y no hizo falta llamarle, puesto que Seokjin había girado a recibirlo con una sonrisa. Con su olfato presente, le era más sencillo reconocer a las personas de su alrededor.

—Lo siento hyung, mucho tráfico.

—Descuida, Jimin. Ven, te quiero presentar a nuestro nuevo fotógrafo —el rubio asintió y siguió a su hermano mayor, llegaron con un chico de piel clara que acomodaba su cámara y al notarlos, dejó sus cosas para saludar—. Mira, el es Min Yoongi, trabajó en gran parte de Europa y lo hemos contratado para el nuevo catálogo promocional. Y Yoongi, el es mi hermano Jimin. Espero que puedan trabajar muy bien juntos.

—Mucho gusto —Jimin inclinó su cuerpo en una reverencia—. Te ayudaré en todo lo que pueda.

—Eso no lo dudo —el beta sonrió levemente y estrechó la mano del contrario.

—Es muy bueno con las ideas creativas, no dudes en pedir su opinión antes que yo —Seokjin era el más feliz de los tres, tener a su hermano ayudándolo y el mejor fotógrafo del extranjero le caía como anillo al dedo para sus planes. Las cosas iban arreglándose poco a poco, y aunque le faltaba aún hablar con Namjoon, en ese instante le agradeció al destino que Minho no estuviera en la empresa y también que Namjoon fuera pasando por ese piso—. Yo eh... Ahora vuelvo.

No perdió el tiempo, se despidió y caminó apresurado hasta alcanzar al alfa peligris, no hizo falta llamarlo ya que el paso de Namjoon se detuvo al sentir el característico olor a vainilla del omega.

—Nam... Necesito hablar contigo —confiesa detrás del moreno, viendo su espalda y oliendo su olor sutil.

—No tengo nada que escuchar... Ni siquiera quiero verte, así que adiós —sin más, Namjoon continúo su camino, siendo perseguido por un agitado Seokjin. Cuando entró a su oficina y se disponía a cerrar la puerta, las manos del omega lo detuvieron—. Te dije que...

—Si, si. Ya lo sé. Pero no me importa si no me quieres ver, tú me vas a escuchar y punto.

La actitud decidida de Seokjin provocó que el alfa se tensara, años antes eso es lo que le gustaba y le incómodo de cierta manera recordarlo, solo pudo resignarse y soltar todo lo que le molestaba hasta el momento. No estaba de más decir que la presencia del novio de Seokjin lo ponía celoso, no quería admitirlo pero así era.

—Qué quieres —Namjoon cruzó los brazos, esperando una respuesta rápida para seguir trabajando. Al omega no le parecía la forma correcta, él parado en la puerta mientras hablaban, así que optó por entrar y cerrar antes de dirigirse en medio de la oficina ante la mirada de un curioso alfa.

—Mira, no sé cómo decirte esto, pero... Lo que viste no es lo que crees. Minho solo es...

—Tu novio, ya lo sé. No necesito explicaciones, mejor vete si me lo harás recordar.

—Por favor Nam —interrumpió—, él será todo lo que diga, pero jamás sentiré nada por él. Solo es una fachada, debo seguir con esa estúpida relación hasta que por fin pueda deshacerme de mi padre.

—Tu padre, tu padre. ¿Sabes qué? Ya estoy harto de la situación. Sigues obedeciendo todo lo que te dice. Creí que eras un omega fuerte y decidido, que nadie te podía dar órdenes, pero sigues con lo mismo.

Con Aroma A Café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora