Venganza (Sirius Black)

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~NARRA SIRIUS~

Ahí estaba, el amor de mi vida, caminando por los jardines, ignorándome completamente, ¿Cómo podía hacerle eso al amor de su vida?

Iba con su amiga Maddie, eran completamente inseparables, siempre estaban juntas, lo que era completamente insoportable, pues nunca me podía acercar a ella tranquilamente, siempre estaba Maddie revoloteando a su alrededor.

Yo mientras estaba con Kata, o Nata, bueno algo así, era la chica guapa con la que estaba pasando el día, la verdad no me interesaba en lo absoluto, pero al menos así me entretenía mientras T/N me ignorase.

Intenté redirigir mi camino para poder pasar por delante de T/N y su amiga, con la intención de ponerla celosa. Pero nada funcionaba. Kata/Nata era una presa demasiado fácil, me dejó tomarla de la mano, pasar el brazo alrededor de su cuello y tocarle una teta, incluso pude bajar mi mano por su falda.

Pero nada funcionaba. Ni siquiera había mirado hacia nosotros.

—¿Pasa algo?— preguntó Kata/Nata, o como quiera que se llamase. La verdad es que no la estaba haciendo ni caso.

Nos habíamos sentado bajo un árbol, cerca de T/N y su amiga, al principio le había prestado algo más de atención, pero ahora aprovechaba que ella me estaba dando besos por el cuello, para girarme y mirar a T/N.

—No, ¿por?—pregunté sin siquiera girarme para mirarla.

—¡Yo no he venido aquí para que me ignores! ¡Maldita sea!—gritó la chica levantándose.

Entonces sí que la presté atención, aunque no sin antes fijarme en que la escena había llamado la atención de cierta chica. Por fin había conseguido lo que quería.

—Solo estoy distraído, tengo que entregar un trabajo de Adivinación— dije, tenía que conseguir que se alargase la conversación, ahora que había conseguido la atención de T/N no pensaba perderla.

—¿En serio Sirius? Estamos en 6º año, ¡Adivinación no se da en nuestro año!—continuó gritando la chica.

No pude evitar girar la mirada. T/N y su amiga ya no estaban sentadas bajo un árbol, sino que habían comenzado a caminar hacia el castillo. ¡Maldita sea!

—Bueno, me da igual. Ya nos veremos por ahí—dije despidiéndome de la chica, dejándola sola, para seguir a T/N.

—¡T/N!—grité al alcanzarlas.

—¿Qué pasa Black?—preguntó ella irritada.

—Sabes que odio que me llames así—dije haciendo pucheritos. Ella soltó un fuerte suspiro. me encantaba sacarla de quicio. Se veía tan sexy.

—Está bien Sirius, no tengo tiempo, ¿qué narices quieres?—dijo mientras cruzaba sus brazos frente su pecho. Si supiese la vista que tenía yo, que desde arriba podía ver perfectamente sus tetas, seguramente dejaría de hacerlo.

Tragué grueso antes de responder. Esta mujer me distraía constantemente.

—¿Podrías dejarme tus apuntes de transmutación?—pregunté con una sonrisita inocente.

—¿En serio? Sirius sé que eres un animago, sabes más transfiguración que yo. Deja de tomarme el pelo— respondió ella, claramente estaba perdiendo la paciencia.

—¿Cómo lo sabes T/N? ¿Me vigilas?—pregunté guiñándole un ojo. Ella puso los ojos en blanco y soltó un grito de desesperación, mientras se daba la vuelta y se marchaba.

Por lo menos había conseguido hablar con ella un rato. Acabaría siendo mía. Lo sabía.

—Yo te los puedo dejar—dijo su amiga, que ni siquiera me había dado cuenta de que seguía allí.

Maddie rebuscó entre los papeles que llevaba en la mano y me dio unas cuantas hojas, guiñándome el ojo antes de seguir, corriendo, a su amiga.

Una loca idea surcó mi mente.

~NARRA T/N~

Maddie llevaba rara unos cuantos días, desaparecía durante horas, se escabullía por la noche, aparecía con algunos chupetones, parecía estar más risueña de lo normal... Pero no respondía preguntas.

Aunque tampoco es que hiciese mucha falta. Claramente se estaba viendo con alguien, todavía no sería muy serio y por eso lo ocultaba. O quizá era otro chico del que se avergonzaba y por eso no hablaba de ello. 

Pero me extrañaba que ni siquiera me lo hubiese dicho a mi, al fin y al cabo éramos las más cercanas de nuestras amigas. Para mi era como una hermana pequeña, y en cierto modo me molestaba que me estuviese ocultando algo.

Estaba durmiendo, más bien fingiendo que lo hacía, porque Maddie se había marchado hace más de dos horas, cuando creía que nadie la escuchaba, y todavía no había vuelto.

Fue entonces cuando escuché la puerta. Respiré tranquila, ya había vuelto, podía dormir en paz. Pero entonces mi preocupación aumentó, cuando empecé a escuchar sollozos.

Me levanté y me acerqué a su cama. Maddie estaba encogida en una esquina, llorando. Le puse la mano en el hombro y me tumbé a su lado abrazándola. Me sentía impotente, porque no sabía que le había pasado, o como podía ayudarla. Pero quería que supiese que estaba ahí para ella.

Estuvimos durante horas abrazadas, hasta que conseguí consolarla y que al menos dejase de llorar. Al menos tuvimos suerte, pues era sábado y no había clase, por lo que pudimos quedarnos en la habitación durante todo el día.

Mientras Maddie dormía yo me acerqué a las cocinas, para poder llevarle algo de comer. Desayunamos sentadas en su cama, y entonces creí que había llegado el momento de preguntar:

—¿Qué ha pasado?—le pregunté a mi amiga con suavidad.

—Yo.... no sé por donde empezar...— respondió Maddie algo avergonzada.

—¿Con quien estabas? Sé que has estad viéndote con alguien las últimas semanas— dije reformulando la pregunta, así sabría por donde empezar.

Ella se mordió el labio antes de contestar:

—Sirius

—¿Black?— pregunté sorprendida.

—Sí, le dejé mis apuntes aquél día en el bosque y después empezamos a vernos— respondió, y pude ver como evitaba mi mirada.  Me acerqué a ella y le tomé de las manos, para que confiase en mi.

—¿Qué te ha hecho Maddie?—pregunté seria. No me gustaba Sirius, no le importaban los sentimientos de los demás, sobre todo de las chicas con las que estaba, a las cuales acababa tratando como basura. Era un bastardo.

—Fue mi culpa, yo creí que le gustaba, él me lo había dicho, pero fue por el momento y yo lo malentendí. Él estaba conmigo por ti....—respondió. Pude ver como le caía una lágrima por la mejilla.

—¿Cómo?—pregunté atónita.

—Me preguntó que si te había dicho lo nuestro, y le dije que no, porque sé que a ti te cae mal y no quería que te enfadases conmigo. Entonces se enfadó, fijo que estas semanas no habían servido para nada, que yo no era nada...—explicó Maddie controlando sus sollozos.

—Pero... ¿él a ti te gusta?—pregunté de nuevo. No sé como no me había dado cuenta hasta ahora. Sirius había estado mucho menos pesado de lo normal.

—Me trataba bien...—respondió mi amiga.

—Te ha tratado fatal Maddie, tú te mereces mucho más que ha ese capullo—solté sin poder evitar soltar parte de mi enfado. Ese maldito se había metido con mi amiga. Había jugado con ella solo para que ¿ponerme celosa?

—Pero creí que le importaba, que me quería. Y duele...—Maddie volvió a romper en llanto y yo me acerqué rápidamente para abrazarla. Ahora no era el momento para pagar mi enfado, debía cuidar a mi amiga.

—No pienso dejarlo pasar Maddie, vamos a vengarnos de ese desgraciado—dije mientras empezaba a maquinar que es lo que podíamos hacer.



Me da la sensación de que falta una parte ¿Os gustaría que subiese la parte dos, la venganza de las chicas? Espero que os haya gustado <3

Nos vemos :)

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