⚡One Shots Harry Potter⚡

Desconcentrado (Ron Weasley)

8/24 𝑶𝒏𝒆 𝒅𝒊𝒓𝒆𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏~𝒔𝒐𝒏𝒈𝒇𝒊𝒄𝒔: "𝑬𝒏𝒅 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒂𝒚"

¿Qué personaje queréis que sea el siguiente?

~~Narra Ron~~

Le dije que la amaba, no sabía si lo había llegado a escuchar, en la Torre de Astronomía el viento era bastante fuerte.

Ella no había dicho ni una sola palabra, lo que me hizo confirmar que realmente no me había llegado a escuchar.

 La fiesta en la sala común de Ravenclaw estaba acabando, apenas unos pisos más abajo, por lo que podíamos escuchar la música desde la torre.

No teníamos nada más que hacer, sentados contra la pared, viendo la noche estrellada, solo la luna ella y yo.

Sentí como apoyaba lentamente la cabeza sobre mi hombro. Se había quedado completamente dormida. Debía descansar por lo que la llevé hasta sus amigas, que estaban todavía en la fiesta. Ellas la llevaron a la habitación.

Al día siguiente teníamos un partido de Quidditch, Gryffindor vs Slytherin. En el campo sentía a todo el mundo animando. Era como una gran marea de gritos, una gran manera de sentirse arropado.

Me subí sobre la escoba y me coloqué en mi puesto. El partido comenzó, pero yo no estaba del todo concentrado, no podía parar de pensar en la noche anterior. No tenía muy claro el momento en el que acabamos ella y yo en la torre de Astronomía, solos, mirando el cielo.

No se cómo, pero escuché su voz entre el público. Rápidamente me giré y la vi con sus compañeros de casa, animando. Estaba bastante cerca de mi posición por lo que podía verla perfectamente.

Ella se dio cuenta, nuestras miradas se encontraron, y ella me lanzó un beso, yo la sonreí de vuelta, y su cara cambió radicalmente a una de completo terror. Pero no me dio tiempo a reaccionar cuando una Bludger, me golpeó en el hombro, haciéndome caer de la escoba.

Abrí los ojos, sentí un punzante dolor en el hombro. Estaba en la enfermería, y mi cama estaba rodeada de personas, los demás jugadores del equipo de Quidditch.

—Eso seguro que han sido los demonios de Slytherin— dijo mi hermano Fred, ¿o George? Todo estaba muy borroso.

—Igual se está poniendo malo, ha estado ausente todo el partido—dijo Harry.

Pero no eran ninguna de esas cosas. Era T/N por la que había estado desconcentrado, y por ella me había girado y me habían golpeado. Era por ella, solo por ella.

La enfermera echó a mis compañeros cuando el sol empezó a caer, había terminado el horario de visitas. Ella me dio unas cuantas pociones, algunas que debía tomar y otras que debía echarme como una pomada. Me dio una asquerosa cena de puré de verduras y se marchó, había terminado su guardia.

Cuando la noche cayó, a altas horas de la noche, pude escuchar como la puerta de la enfermería se abría lentamente. De la puerta apareció una cabecita, mirando que no hubiese nadie. Incluso con la oscuridad de la noche supe que era ella.

Ella se acercó hasta mi cama a hurtadillas.

—¿Estás bien? Yo, lo siento muchísimo...—dijo ella peinando mi pelo mientras  miraba mi hombro amoratado.

—No te preocupes, no ha sido tu culpa T/N—respondí, disfrutando de su mano sobre mi cabeza, enredándose en mi pelo.

—Ha sido mi culpa Ron, yo te estaba entreteniendo, te desconcentré—dijo ella agachándose, quedando a la altura de la cama, mirándome directamente a los ojos.

—Habría estado igual de desconcentrado sin importar lo que hicieses, estabas allí—dije, aunque no sabía muy bien si lo estaba diciendo yo o alguno de los calmantes que me había dado la enfermera.

—¿No quieres que vaya?— preguntó ella dolida, apartando su mano de mi pelo.

—Al final del día, todo lo que quiero es estar contigo, tú me desconcentras T/N—respondí, pasando mi mano por su cuello, hasta llegar a su mejilla, la cual empecé a acariciar.

Ella me miraba algo sorprendida a los ojos, parecía estar buscando algún rastro de que se tratada de una broma o mentira. Pero no la encontró.

Ella se levantó, se apoyó sobre la cama y se lanzó a besarme.

—¿Te duele?—preguntó ella sobre mis labios, mirando mi hombro.

—Me tengo que echar una crema—dije señalando, con la cabeza, uno de los frascos que había sobre la mesilla, pues un brazo lo tenía inmovilizado y con el otro la tenía sujeta de la cintura.

—Yo te ayudo—susurró ella. Alejándose de mi y tomando el frasco. Le hice un hueco en la cama de la enfermería. Ella se sentó a mi lado, con la espalda en cabecero, y empezó a echarme la crema, masajeándome el hombro.