Secuestrada (Tom Riddle)

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12/24 𝑶𝒏𝒆 𝒅𝒊𝒓𝒆𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏~𝒔𝒐𝒏𝒈𝒇𝒊𝒄𝒔: "𝑺𝒕𝒐𝒄𝒌𝒉𝒐𝒍𝒎 𝑺𝒚𝒏𝒅𝒓𝒐𝒎𝒆"

¿Qué personaje queréis que sea el siguiente?

¿De quien es era esa sombra? ¿Quién me mantiene aquí atrapada? Llevaba días encerrada en ese maldito sótano. 

La chirriante sonido de la metálica puerta llenó el silencio, la aparición de la sombra era lo único que podía marcar el paso del tiempo. Se acercó a donde yo estaba, acurrucada en una esquina, y dejó un metálico plato de comida en el suelo.

— Nunca vas a salir de aquí....— dijo con su serpenteante voz. ¿Quién se escondía bajo la oscura sombra?

Sabía que pronto me encontrarían, la Orden del Fénix estaba bajo la pista de los secuestros de algunos miembros cuando todavía era libre. Pero, aunque me costase admitirlo, estaba empezando a acostumbrarme a ser su prisionera.

No dijo mucho más, apenas me miró por un par de minutos y volvió a marcharse, dejándome sola en un prácticamente total oscuridad.

Me tambaleé hasta llegar a el viejo colchón que se había convertido en mi cama, tenía miedo, pero necesitaba descansar.

Me despertó el chirrido de la puerta ¿cuánto había dormido?

Pero no era la sombra la que estaba allí conmigo, podía escuchar una fuerte respiración, casi como si se tratase de una bestia. Me levanté para observarlo bien, y con la poca luz que llegaba desde la puerta pude ver su figura.

Parecía un lobo gigante, y sus gruñidos eran cada vez más fuertes.

No me dio tiempo a esconderme antes de que se lanzase sobre mi. Sentí un fuerte dolor en el vientre. Una de sus garras se cerraba con fuerza alrededor de mi pierna, clavándome las uñas. Y pude ver como su monstruosa cara se acercaba a la mía, mordiéndome en el hombro, clavícula y cuello.

—¡Crucio!—gritó una voz tras de mi. Un fogonazo verde impactó contra la bestia, que me soltó de inmediato, comenzando a retorcerse del dolor.

Estaba demasiado débil, pero intentaba mantenerme despierta. Sentí como me cogían en brazos, todo comenzaba a volverse borroso, pero cuando salimos del sótano, cuando ya había luz en la sala, intenté ver a la sombra, aquella persona que me mantenía prisionera, y que me acababa de salvar de una muerte segura, pero no pude llegar a verlo. Caí desmayada en sus brazos antes de poder hacerlo.

Cuando desperté todo me había parecido una pesadilla, pero ya no estaba en ese viejo sótano. Estaba en una impresionante cama, muchísimo mejor que la mía, era una grande y lujosa habitación.

Me dolía el cuerpo, cuando me fijé tenía unos apósitos en las heridas que me había dejado la bestia, parecían tener pociones curativas sobre ellas. 

—Maldito hombre lobo, tendría que haberlo matado—dijo una voz mientras se abría la puerta. 

El chico parecía bastante sorprendido de verme despierta, y yo debía tener la misma cara, pues se trataba de la misteriosa sombra, que ahora ya tenía cara.

—Te necesitamos viva, pero como intentes huir no tendré ningún problema en dejarte moribunda—dijo el chico. Parecía haber cambiado drásticamente, no pude evitar sentir un frío escalofrío que recorría mi espalda. Parecía haber perdido toda emoción.

Yo solo pude negar con la cabeza. Estaba bastante aterrada, llevaba los apósitos cubriendo mis heridas, pero llevaba SOLO los apósitos.

—Deberás portarte bien, ahora voy a curarte, no necesito otro inútil adorador de la luna—dijo acercándose a la mesilla, dejando varios frascos.

No sé muy bien porqué, pero no volvió a bajarme al sótano, seguía encerrada, pero ahora podía moverme por el interior de la mansión.

Estábamos los dos solos, no volvía a ver al lobo. Me aterraba no saber que era lo que quería el chico de mí, pues ni siquiera me había hecho un interrogatorio sobre la orden, o mi familia, o Hogwarts.

No pude evitar encariñarme de él, pasábamos mucho tiempo solos en la biblioteca, caminando por los jardines, comiendo en el gran comedor...

Bajaba de mi habitación, ya era por la mañana.

— Tienes unos hermosos ojos Tom—decía una chica en medio de la entrada, justo al pie de las grandes escaleras.

¿Tom? ¿Ese era su nombre?

Ella le tenía tomado de la mano, y ambos se miraban a los ojos, profundamente.

¿Quién era esa chica que le tomaba de la mano?

No pude evitar sentir un gran alivio cuando él le soltó la mano, alejándose de ella.

Sabía que me encontrarían pronto, pero ya no estaba tan segura de querer que me salvasen. Allí estaba mejor que en cualquier otro sitio, además, quería estar con él.

No lo admití en ese momento, pero estaba perdidamente enamorada de él, incluso cuando lo conocía de las pocas conversaciones que habíamos tenido.

—Beatrix estás sobrepasando los límites. Esta es mi casa, ya nos veremos en la próxima reunión, ahora vete—le dijo de manera fría. Ella le miró algo enfadada antes de marcharse de la casa, dando un portazo.

—¿Tom?—pregunté sorprendida, acabando de bajar las escaleras. Él me miró sorprendido, no se había dado cuenta de que estaba ahí.

—No deberías saber esa información—dijo él seriamente. Yo solo le sonreí y le tomé del brazo, llevándolo a los jardines a pasear.

—Toda mi vida he estado sola, incluso tenía miedo de volver a casa sin mi varita.... pero ahora, juntos, estamos solos y no hay otro lugar en el que prefiera estar estar—confesé mientras caminábamos, apoyando mi cabeza en su hombro.

Él se paró en seco, y yo con él.

Nos quedamos el uno frente al otro. Él me miraba detenidamente, buscando algún rastro de mentira en mis palabras, pero no lo encontró.

Sentí su mano en mi nuca. Él se acercó a mi, hasta que nuestros labios se rozaban, me estaba torturando.

—Si estás intentando engañarme te juro que te mataré—dijo moviéndose ligeramente, haciendo que nuestros labios se rozasen, al igual que nuestras narices.

Yo le tomé de las mejillas, uniendo nuestros labios.

—Te diré todo lo que quieras saber, solo déjame aquí contigo—susurré sobre sus labios. Él volvió a besarme sin dejar que me volviese a separar.

⚡One Shots Harry Potter⚡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora