Pequeñas historias con los personajes de la saga de Harry Potter. Hay de todo un poco ¿qué esperas para leerlo?
Espero que os gusten :)
Nos vemos <3
Me encontraba en casa, junto a mi marido Harry y mis hijos.
—Necesito unas vacaciones—dije tirándome sobre el sofá.
—Pues vámonos, tenemos todo el fin de semana para nosotros—respondió Harry agarrándome las manos.
—¡Sí!—gritó la pequeña Lily saltando sobre nosotros en el sofá.
—Yo me apunto—dije James entrando en él salón.
—Yo no piensos quedarme aquí solo—dijo Albus apareciendo por las escaleras.
—En esta casa no se pueden tener ni dos minutos de intimidad— se quejó Harry.
—Se suponía que era una salida romántica de nosotros dos SOLOS—se volvió a quejar Harry recalcando la palabra solos.
—Pues cambio de planes, hagamos una escapada familiar—propuse observando como la cara de Harry cambiaba a una de pura traición, mientras que las sonrisas de nuestros hijos se ensancharon.
—Vaaale—cedió Harry.
Todos comenzamos a preparar los equipajes, mientras Harry buscaba alguna casa rural u hotel para alquilar para el fin de semana.
—Bien. ¡Todos a la chimenea!—gritó Harry cogiendo un puñado de polvos flu. Y, tras lanzar los polvos y gritar el destino aparecimos en una gran cabaña de madera.
—Me pido elegir habitación primero—grito James corriendo escaleras arriba. Para ser el mayor siempre se comportaba como el más pequeño.
—Ni lo pienses James Sirius Potter—dijo Harry corriendo detrás de él. Estaba claro que vivía en una casa llena de niños. Lily y Albus se rieron de su padre y hermano mientras se peleaban por elegir la habitación más grande.
Pasamos toda la tarde juntos, jugando a unos juegos de mesa muggles que había por la casa, fue bastante divertido, aunque tardamos bastante en entender como funcionaban.
—¡Quiero nubes con chocolate!—gritó Lily cuando pregunté por la cena.
—Pues habrá que buscar nubes para cenar—dije mirando a Harry con una sonrisilla. Él suspiró y se puso la chaqueta, para ir al pueblo a comprar.
Yo me quedé con los niños, encendiendo una hoguera en el porche, sacando mantas y preparando algo más para la cena.
Y así pasamos él fin de semana, entre risas, tonterías, y recuerdos inolvidables.
