Capítulo CXXV. (Charlas)
POV Adrián
A pesar de que M me dijo que todo estaba bien, me moví con cautela por la casa hasta que llegué a su habitación. Estaba ansioso, por lo que no quería tropezar con nadie desagradable (Antonio o Harry) en ese momento.
Me acosté y esperé a M, pero la oscuridad y el silencio de la habitación fueron como un cobijo para mí, y mis ojos comenzaron a ceder ante la comodidad y el olor familiar.
...
De repente, estaba en un lugar distinto, pero conocido para mí. Aparecieron varias imágenes al mismo tiempo, mi casa y la figura de Arcadio parado en la sala con una bandeja en las manos, estaba observando a alguien en el sofá. Era mi padre, estaba hablando por teléfono y, por su tono de voz, resultaba evidente que estaba discutiendo con la persona del otro lado de la línea, porque cada vez que alguien lo hacía molestar, se le brotaban las venas de las manos.
Yo estaba escondido detrás de una pared junto a la puerta, por lo que era capaz de escuchar su voz, pero no podía ver su rostro. Era mejor así, no quería verlo porque nos parecíamos tanto físicamente que me hacía sentir incómodo verme reflejado, de alguna manera, en esa persona.
—¡No me importa si hay un millón de dificultades para que cumplas mi orden! ¡Necesito que sea en ese lugar! ¡Es el adecuado y no lo pienso discutir contigo! ¡Te di mucho dinero y quiero que cumplas lo que te pedí! —gritó y colgó el teléfono.
—¿Se encuentra bien, señor? —le preguntó Arcadio.
—Estoy bien, Arcadio. Pero los empleados que tengo a veces son ineficientes, nada sale bien si no lo haces tú mismo —refunfuñó mi padre y tomó la taza de café que estaba en la bandeja —. Mi cuñada debe estar por llegar, no cumplas con el protocolo habitual, no la anuncies y permítele pasar a mi oficina de inmediato. Tenemos asuntos importantes que tratar.
—Sí, señor. Lo que usted desee —dijo Arcadio y su voz, contraria a la de mi padre, era pausada y tranquila, me recordaba a mi niñez. No recordaba haberlo visto molesto ni una sola vez en toda mi vida.
—Necesito que este proyecto salga bien, de otra manera, nos veríamos metidos en grandes problemas. Este va a ser un plan de muchos pasos, por lo que hay que hacer cada movimiento de manera caudalosa, sin llamar la atención de nadie —murmuró mi padre y le dio un sorbo a la taza de café —. Tienes que vigilar a Adrián, que no se meta en ningún problema, que no se acerqué a nadie que no deba, es tu responsabilidad, Arcadio —le advirtió.
En el momento que escuché mi nombre, me preparé para salir corriendo, porque pensé que se habían dado cuenta de que no estaban solos, pero ellos no me habían visto. Mi padre solo le estaba dando instrucciones, como lo había hecho toda la vida, porque me quería mantener controlado, cada uno de mis pasos tenía que ser aprobado. Pero Arcadio, a pesar de obedecer y de llevarme por el camino correcto, porque así era su naturaleza, siempre fue permisivo y tranquilo porque sabía que yo me sentía infeliz ahí.
—No se preocupe, señor. El joven está bien cuidado bajo mi protección —le aseguró Arcadio y mi padre asintió.
—Otra cosa, Arcadio. Cuando vengan esos hombres de visita, asegúrate de encerrar a Adrián en su habitación todo el día o sacarlo de la casa. No quiero que vea nada relacionado con ese territorio, ni siquiera quiero que sepa que existe —ordenó mi padre.
—Por supuesto, señor.
No pude evitar reír por la ironía que suponía para mí su orden y sus palabras, puesto que a pesar de sus limitaciones, siempre me había salido con la mía. El territorio siempre fue parte de mí, pero nunca lo supe hasta que lo pise por primera vez, porque desde que George y Jacobo llegaron a mi vida, la historia se comenzó a escribir.
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Marioneta de Cristal
Action✓ Todos los derechos reservados. ✓Contenido Homosexual. Adrián es un chico de buena familia que por las limitaciones de sus padres no conoce nada del mundo. Tampoco le va bien en el amor y no sabe cómo actuar en el momento correcto en ninguna situ...