Capítulo 1

233 48 35
                                    


Actualidad

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, cosa nada extraña la verdad. Llevo 400 años así.

El Fuerte dolor era igual de constante que la necesidad de poseerla, su sangre, su piel, su cuerpo.

Ya no recuerdo como era mi vida antes de este incesante dolor físico que me generaba.

Más de 400 años buscándola y ni rastro de ella. Al final corté contacto con mis padres.

Ver la relación enfermiza que tienen no hacía más que recordarme lo que me pasaba con ella.

Por su culpa había tenido tan desafortunado encuentro y me había encaprichado con ella.

Maldita la hora en la que la toqué

Maldita sea la hora en que la probé

Maldito ese día en que creí que sería buena idea tomar entre mis labios sus fluidos ensangrentados antes de lavarlos de mis dedos.

Pero es que no me contuve, si tan solo en ese entonces hubiese sabido lo que me generaría aquello le habría roto el cuello al solo entrar a la habitación.

Yo mismo me sentencié

Ahora la perseguía.

Perseguía a la nada más bien. Me arrepiento incluso de haberla despojado de su virtud, debí matarla más bien.

Nada de esto habría pasado, si la habría matado me ahorraría todo esto. Pero en el momento solo pensé en mantener a padre confinado en las mismas circunstancias en las que estaba, si bebía de ella los años de alejarlo de su sanación habrían sido en vano. Y no habría logrado mi objetivo, cosa que al final no conseguí.

Contrario a lo que creí esta mierda tenía solución, al menos la mía si. Con mis padres ya no había nada que hacer.

Me perdía años enteros cuando el apego a ella me era imposible de soportar, cuando el dolor incrementaba.

Conocí a un vampiro de los Kim, Kim  Namjoon, a medida de los años incluso nos hicimos amigos y acabé contándole sobre lo que buscaba y el porque lo buscaba.

Me explicó que tenía remedio si aún no habíamos intimado, pero debía encontrarla.

He ahí mi problema, parecía que la tierra misma se la había tragado.

Tenía hombres y vampiros buscándola desde que se fue y ni rastro de ella.

Las tribus Ninfa en oriente fueron desmanteladas cuando padre trataba de encontrar una cura para lo que madre le había hecho, la mayoría fueron asesinadas y las que quedaron sirvieron de entretenimiento para quienes lo seguían. Habiendo estas escapado el mismo día que quien me aquejaba.

Las Ninfas de agua emigraron a las profundidades de los mares pidiendo refugio con las sirenas y no tengo de donde partir para encontrarla.

Pero un recuerdo vino a mí en uno de los tantos sueños que tenía con ella, algunos eran recuerdos y otros deseos comprimidos.

Recordé que no tenía rasgos directamente asiáticos, también parecía rebuscar las palabras para hablar. Al principio pensé que quizás era por el obvio miedo que me tenía pero puede que exista la posibilidad de que no sea necesariamente una Ninfa de las tierras de oriente.

Con ese pensamiento hace 10 meses envié a 3 vampiros a cubrir los terrenos de occidente en busca de las Ninfas terrestres del lugar.

Hoy recibí un mensaje que me decía el paradero de la tribu más grande allá. Y decidí ir yo mismo.

La traería de vuelta y arreglaríamos el desastre que me provocó.

...

-Señor Min- llamó uno de ellos, esperaban por mí para arribar.

Nos encontrábamos en las proximidades de Seul cuál sería nuestro punto de partida hacia ese lugar.

A lo lejos una larga cabellera roja llamó mi atención.

Recordé todas las llamadas de SeokJin a mi persona siendo lo ultimo en recibir de él un mensaje que decía que está había escapado, como todo lo demás no había respondido.

Es decir, que resuelvan ellos sus problemas, que ninguno de ellos me ayuda con los míos. Pero al verla tambalear mientras se acercaba a uno de los callejones que estoy seguro en esta oscura noche sería de peligro, bufé para mis adentros cuando me vi siguiéndola.

-¿Que haces aquí Caperucita?- me coloqué frente a ella obstaculizando su camino.

-Doctor Min- parecía estar débil -Mi doctor que no es doctor- asentí entre risas.

-Huiste- asintió a pesar de que no fue pregunta.

-Lléveme con él por favor- pidió -No se como volver y siento que.. que voy a morir- dijo por último antes de caer desmayada contra el asfalto.

¿Morir? Si claro

Como si pudiera hacerlo, no sin un Van Helsing al menos y estos ya no existen, tampoco me queda más de su sangre.

Reí con ironía al recordar que desperdicie de la que guardaba matando a inútiles que se atrevían a hablarle a la Florecita. O a los que por alguna razón se negaban a ayudarme a encontrarla. Aún así se esconde de mi.

Tomé mi teléfono entre mis manos y marqué el número de SeokJin

-La encontré, la llevaré ahora- dije y cerré la llamada.

Ya luego le cobraría el favor

Me acerqué a mis hombres y les ordené esperar hasta que regresara, espero que mi "gesto de samaritano" no arruine todo.

Llegué al aeropuerto y abordé el avión con ella a rastras, antes de lo que pensé ya estábamos en tierra nuevamente, tomé el coche que mandé a esperar por mi y dejé la orden de esperar con el avión encendido hasta entregarla para evitar perder tiempo en calentamientos de motor.

Cuando la dejé con él me fui inmediatamente, no tenía tiempo de charlas triviales o estupideces, no cuando la sentía tan cerca.

Hasta sentía olerla de nuevo.

Y no descansaría hasta encontrarla. Me libraría de ella y aplastaría sus huesos hasta que sus ojos pierdan la vida.











.

DominioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora