Dominio

Capítulo 2

Suciedad, era lo que me rodeaba.

Mi brazo dolía por la caída y no tenía ningún árbol cerca o de donde crear uno para sanar.

Moría de hambre y tenía sed en demasía.

Por las puestas de sol y siendo lo único que apenas alcanzaba a notar por un pequeño agujero en una de las celdas de al lado noté que habían pasado dos días.

Escuché pasos a lo lejos y me asusté, venían a dañarme. Venían por mi.

-Levántate- escuché a uno de ellos hablarme. Habían dos vampíros frente a mi reja. -¡YA!- me estremecí completa y por inercia me levanté. -Nadie comerá gratis aquí.- dijo mientras me arrastraba fuera de los calabozos.

Me hicieron entrar a lo que parecía una cocina, más no tenía estufa o algo parecido.

Empujaron mi cuerpo hasta hacerme tambalear y entonces noté a una de las mías allá.

Tenía ropas al igual que las demás, al igual que yo, solo que las mías estaban repletas de suciedad y sangre.

-Debes lavarte pequeña- habló esta. Se veía arrugada, pero eso es imposible. Las Ninfas no envejecemos.

Tomó mi brazo y me levantó -Te daré algo de carne antes del baño- negué -No la consumes por lo que veo,- suspiró -Será cuestión de tiempo para que lo hagas. Respetaré tu decisión pero los amos no deben saberlo.

Me tendió un poco de pan, agua y un mango. Lo comí con él hambre que poseía acabándolo en apenas minutos.

Luego me guío a un amplio jardín. Era hermoso pero no tenía color aparte del verde del pasto. Tenía una fuente enorme que parecía más bien un lago.

-Debes asearte ahí- señaló esta.

-Pero es fuera- la mire alarmada pues debía desnudar completamente mi cuerpo al aire libre y a pesar de que no suelo cubrirme más que mis partes estas estarían al descubierto completamente.

-Nosotras debemos asearnos ahí- señaló las amplías ventanas en el tercer piso, daban al jardín. -Esas son las oficinas de los amos, por eso lo hacen. Si lo haces rápido quizás ni siquiera te vean.

Traté de negarme pero me advirtió que me dañarían si no los obedecía en todo lo que mandaban.

Me despojé de las prendas con tal rapidez que fue increíble, me adentré a la fuente con prisas y me sumergí hasta empapar mi cabello. El agua estaba fría y ese hecho me hizo estremecer. Tallé mi cuerpo todo lo que pude y con un jabón que me tendió Naria, (la Ninfa que me ayudaba) terminé mi labor.

Esta me tendió un vestido limpio y decidí salir del agua, por pura casualidad miré arriba para evitar ser vista, pero noté al mismo malvado vampíro que me había dañado.

Lo veía observándome mientras paseaba su lengua por sus colmillos como un tigre luego de cazar, horrible.

No me moví, no quería mostrarme desnuda nuevamente frente a él, pero luego lo vi poner sus ojos en un rojo intenso y su voz en mi cabeza.

-Sal

Mi cuerpo se movió solo y lo vi reír cuando mi completa desnudez quedó al descubierto.

Se alejó de la ventana luego de humillarme.

Me coloqué el vestido a prisas y esta trenzo mi cabello en el mismo lugar.

-¿Que es este lugar?

-El amo Min, fue envenenado con La orquídea de sangre hace 50 años. No para matarlo pero si para debilitarlo.- dijo esta y recordé que esa planta es usada por algunos humanos para matar a los vampiros, estos la ingieren y hacen al vampíro beber de su sangre, entonces esta lo mata. Solo una familia es capaz y es por el hecho de estos contener un compuesto que ninguna otra sangre posee.

Pero nunca oí de un vampiro que haya sido envenenado y sobrevivido a La Orquídea de Sangre.

-¿Como?

-La disecaron y vertieron en sus ojos, no frunció, al menos no para matarlo pero si para debilitarlo en demasía.

-¿Quien hizo tal cosa?

-Su esposa- dijo esta por lo bajo. -Desde entonces comenzó a recolectar Ninfas en espera de que una de ellas saque de su sistema la flor.

Tragué el nudo que se formó en mi garganta.

-¿Virgenes?- quise saber por lo que me había pasado

-No necesariamente, solo una lo suficientemente poderosa como para lograr su cometido. Necesita la flor pero está en poder de los humanos que la usan y no puede encontrarlos. A las virgenes las usa para beber su sangre y obtener algo de fuerza por unos años- abrí los ojos en demasía.

Si así era entonces él me salvó

Las Ninfas seríamos consumidas si un vampíro llegara a tocarnos, según madre, nuestra sangre los enloquece a tal punto de hacerlos secarnos hasta los huesos y dejarnos sin vida, si ese era mi destino por el hecho de haber sido Virgen creo que quien robó mi virtud salvo mi vida.

-Vamos, debes ayudar en la mansión.

-Naria- llamé -¿Porque...- no continué no quería incomodarla.

-¿Envejezco?, mi madre, una Ninfa de agua no ahogó a mi padre luego de la Concepción, por lo que mi proceso no fue terminado. No obtuve mi inmortalidad, tengo 60 años humanos y pronto moriré a diferencia de ustedes.

-Lo siento mucho- la vi negar

-Descuida

-Aún así, creo que también nosotras lo haremos- negó

-El solo las retiene, usa su cuerpo cuando ya comprobó que no le ayudaran con su problema, no beberán tu sangre, tranquila. Solo trata de no cortarte cerca de ellos. Si prueban solo una gota se obsesionaran contigo.

-Con usar su cuerpo se refiere a que ¿las toca?

-Si, cuando llegaste las seleccionaban para acostarse con ellas.

Mi vista volvió a la ventana frente a mi, ahí estaba el. Me miraba.

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