Dominio

Capítulo 2

En la imagen el bikini de nuestra protagonista, 😋

-¡Ohh por Dios! ¡Ohh por Dios!- chilló

-¿Que pasa?

-Se va a declarar, se va a declarar y ni siquiera te a visto.- eso me hizo llevar mi vista de la playa hacia donde está la tenía.

Hacia nosotras venía Minho con un hermoso ramo, que de no ser que hayan lastimado a tantas plantas para crearlo me habría parecido lo mejor del mundo. Aún así era un lindo gesto según me había explicado Jenny anteriormente.

Me había distraído tanto mirándolo que no noté cuando mi amiga se puso de pie y se marchó.

Me levanté de la arena para esperarlo y cuando lo vi posar su mirada en mi cuerpo me sentí cohibida, sentimiento que se alejó apenas noté esa chispa de deseo en el. Me gustaba eso, me hacía sentir bien.

-Preciosa, unas preciosas rosas para una hermosa princesa- si tan solo supiera que en efecto lo soy.

-Están hermosas, muchas gracias- eso me había enseñado a responder Jenny cuando recibo algún regalo. -Pareces desear decir algo- lo alenté pues se había quedado inmóvil observándome y quería que hablara.

-Veras... yo.. nosotros no nos conocemos desde hace mucho, solo han sido unos meses, pero siento que podemos formar algo muy bonito juntos- se acercó aún más a mi al punto que nuestros cuerpos podían tocarse -Me gustas mucho Madai- dijo con una sonrisa segadora -¿Quieres ser mi novia?

Me inundó la felicidad, era increíble lo feliz que estaba porque al fin se había sincerado conmigo, pequeñas lágrimas se deslizaron por mis mejillas cuando asentí frenéticamente.

Sentí sus brazos envolverme con gentileza luego de dejar un corto beso en mi mejilla. -Te haré muy feliz- se acercó a mi aún más para posar sus labios sobre los míos, al fin.

Había esperado esto desde que lo conocí, ese hermoso, agradable y amable vampíro de pelo castaño que ha estado en mi mente desde el día uno, y al fin estábamos juntos.

A lo lejos alcancé a ver una persona, no divisaba bien su rostro por lo lejos que estaba, pero iba de negro completamente, su cabello negro y largo se movía con el viento.

-¿Que miras?- lleve la vista al castaño nuevamente cuando preguntó y señalé al hombre que había visto a lo lejos, pero ya no estaba.

-Creí ver algo solamente- le reste importancia. -¿Estas bien?- lo notaba algo sofocado

-Si, solo debo alimentarme. Salí muy temprano por estas- señaló las flores que se encontraban en mis manos -Y no me alimenté, este sol tampoco ayuda- reí.

-Adelántate, yo recogeré todo mientras tanto- este dejó un corto beso sobre mi frente y se marchó hasta la casa donde están sus depósitos de sangre.

La risa boba no abandonó mis labios en ningún momento, ni siquiera cuando me incline para comenzar a recoger mis cosas dejando la flores sobre la canasta con los bocadillos y recoger también las de Jenny quien por las prisas de dejarme sola con él salió dejando todo.

Sentí unas manos en mis caderas, unas manos frías afianzarse a ella y ensanche aún más mi sonrisa, sentí un escalofrío recorrerme cuando su cuerpo se acercó tanto al mío que logré sentirlo deliciosamente.

Nunca había pensado en Minho de manera sexual pero este toque había despertado cosas que solo unas veces había sentido, unas de la que me avergüenzo justo ahora, no por haber sentido tal cosa, porque las chicas me hicieron ver que era algo común, sino por con quien lo había sentido.

-¿Olvidaste..- mis palabras habían quedado suspendidas al girarme y notar a quien tenía detrás.

-Hola florecita- su cuerpo estaba lo suficientemente cerca como para intimidarme por los pocos centímetros que me superaba en altura.

No me movía, no podía. Es decir, era el.

Estaba vestido completamente de negro, camisa y pantalón, su cabello largo daba a su cuello y su sonrisa siniestra nunca me había parecido más atractiva.

Sus manos se ciñeron aún más a mi cuerpo y temblé. No por miedo y me regañé por ello, por deseo.

Deseaba que su agarre se afianzara más, que su cuerpo estuviera más próximo, que esos labios que ahora se encontraban siendo mordisqueados por sus filosos dientes se posaran sobre los míos.

Y cuando tomó lo míos con los suyos como si estos también lo fueran fui un mar de temblores, un mar de sensaciones que me hicieron flaquear.

Me había mareado su sabor, su lengua deliciosa atrapando la mía y sus dientes afilados rosando mis labios como amenaza silenciosa.

Mis piernas fueron sujetadas por sus ágiles manos hasta levantarlas y permitirme enredarlas en su cadera, haciéndome sentir esa dureza que tantas veces tuve en mi boca.

Esa dureza con que soñaba cada noche como un recordatorio de mi bochorno por el.

Justo ahora cuando su cuerpo estaba regalándome esa fricción que tanto añoraba y su boca tomando la mía sin nada de timidez lo recordé, no debo desearlo. No debo desearlo tanto, no a él.

Aleje mi boca de la suya, sus manos de mi cuerpo, mis piernas del suyo y la sonrisa triunfal que me regaló hizo mi bochorno aún mayor.

Mi palma impactó contra su mejilla para luego ser el dorso de esta cual propinara otro golpe contra el otro lado. Picaba, mi mano picaba por la fuerza que había empleado.

-¡No vuelvas a acercarte a mi!- escupí por último para alejarme del lugar dejándolo riendo con malicia por lo que me había provocado.

Las palabras de Jessica y Jenny llegaron a mi

"Lo que creías sentir por él era solo su poder dominándote"

"Síndrome de Estocolmo"

"No lo amas"

"No lo deseas, es solo tu cuerpo reaccionando a eso que te hizo creer"

Pero, ¿porque justo en ese momento lo sentí tan real? ¿Porque quería que devorara y profanara mi cuerpo con la misma intensidad con la que tomó mi boca?

¿Había ejercido su poder conmigo otra vez?

Lo dudo, sus ojos no estaban en rojo.

¡Lo había besado! Había correspondido el beso con ganas y tengo novio.

¡Tengo novio maldición! y estoy pensando en alguien que no es el.

Ya les devolví a su tóxico, les doy un tierno y sexy chico, pero no.. las niñas piden por su tóxico, en fin... la hipotenusa 😒

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