Cap. 7 - Somebody Else

314 39 59
                                    

WILLIAM:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

WILLIAM:

Aradia fue obediente y ahora mismo está en su habitación, yo estoy en mi estudio tratando de resolver el asunto del transporte de un cargamento.

Ahora no puedo viajar, tienes que hacerte cargo — hablo con Trevor, uno de los muchos incompetentes que trabajan para mi — ese cargamento debe llegar a más tardar el miércoles

Solo escucho pretextos

Soborna al jefe de aduana, el ha trabajado con nosotros, no me importa como, solo resuélvelo — cuelgo sin esperar respuesta

Me siento un poco estresado porque no logro hallar una respuesta al problema de transporte. El maldito Marc, cree que puede hacerme la vida imposible, pero no lo va a lograr.

Estoy por hacer una llamada cuando escucho a Aradia entrar a mi estudio con un gran portazo, en sus ojos puedo notar el coraje acumulado.

Lanza los papeles a mi escritorio

¿Crees que voy a firmar eso? Estás loco! Me voy ahora mismo! — me gritó

Me dispongo a respirar profundo por quinta vez en el día, me recargo en el respaldo de mi silla para poder mirarla atentamente

Eres un maldito enfermo, degenerado...— pero mientras más habla y derrocha su coraje contra mi, mas quiero tumbarla sobre el escritorio y follarla

Guarda silencio después de decirme cuantas maldiciones se le ocurrieron y las cuales no escuché por estar ocupado imaginándome cosas más interesantes que esta discusión.

¿Terminaste? — entrelazo mis dedos sobre mi notoria erección

Si, es hora de irme — da la vuelta con intención de salir de mi estudio

Sabes perfectamente que no te vas a ir de aquí, hay guardias por todos lados — digo muy seguro de mí mismo

¿Porque me tienes aquí? ¿Porque yo? Hay millones de mujeres afuera! — recarga sus manos en mi escritorio

Porque me da la puta gana — le sostuve la mirada — asi que te explicaré como están las cosas

Me levanté, caminé para salir del estudio.

Sígueme — ordene

No voy a ir a ningún lugar que no sea mi departamento— se cruzó de brazos

¿Me vas hacer obligarte? — volteo a verla

No se mueve un centímetro

Como quieras — me encogí de hombros

Me acerque a ella y la puse en mi hombro para llevarla a donde quería. Su olor embriaga mis sentidos, debo controlarme.

Ella lucha por zafarse, pero es inútil.

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora