[COMPLETADA]
El es un hombre solitario a causa de sus traumas y malos tratos, en busca de una mujer que esté a su lado, a pesar de los secretos.
Los viejos amores y las deudas serán clave en esta historia.
Siempre obtiene lo que quiere, o al menos...
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WILLIAM:
Aradia fue obediente y ahora mismo está en su habitación, yo estoy en mi estudio tratando de resolver el asunto del transporte de un cargamento.
—Ahora no puedo viajar, tienes que hacerte cargo — hablo con Trevor, uno de los muchos incompetentes que trabajan para mi — ese cargamento debe llegar a más tardar el miércoles
Solo escucho pretextos
—Soborna al jefe de aduana, el ha trabajado con nosotros, no me importa como, solo resuélvelo — cuelgo sin esperar respuesta
Me siento un poco estresado porque no logro hallar una respuesta al problema de transporte. El maldito Marc, cree que puede hacerme la vida imposible, pero no lo va a lograr.
Estoy por hacer una llamada cuando escucho a Aradia entrar a mi estudio con un gran portazo, en sus ojos puedo notar el coraje acumulado.
Lanza los papeles a mi escritorio
—¿Crees que voy a firmar eso? Estás loco! Me voy ahora mismo! — me gritó
Me dispongo a respirar profundo por quinta vez en el día, me recargo en el respaldo de mi silla para poder mirarla atentamente
—Eres un maldito enfermo, degenerado...— pero mientras más habla y derrocha su coraje contra mi, mas quiero tumbarla sobre el escritorio y follarla
Guarda silencio después de decirme cuantas maldiciones se le ocurrieron y las cuales no escuché por estar ocupado imaginándome cosas más interesantes que esta discusión.
—¿Terminaste? — entrelazo mis dedos sobre mi notoria erección
—Si, es hora de irme — da la vuelta con intención de salir de mi estudio
—Sabes perfectamente que no te vas a ir de aquí, hay guardias por todos lados — digo muy seguro de mí mismo
—¿Porque me tienes aquí? ¿Porque yo? Hay millones de mujeres afuera! — recarga sus manos en mi escritorio
—Porque me da la puta gana — le sostuve la mirada — asi que te explicaré como están las cosas
Me levanté, caminé para salir del estudio.
—Sígueme — ordene
—No voy a ir a ningún lugar que no sea mi departamento— se cruzó de brazos
—¿Me vas hacer obligarte? — volteo a verla
No se mueve un centímetro
—Como quieras — me encogí de hombros
Me acerque a ella y la puse en mi hombro para llevarla a donde quería. Su olor embriaga mis sentidos, debo controlarme.