Cap. 10 - Cediendo

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WILLIAM:

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WILLIAM:

Cuando dejé a Aradia en la silla del comedor, pude notar que su piel luce pálida, estuvo cinco días amarrada, lo pienso y me siento mal.

Pero gracias a eso ahora se porta dócil y tranquila

Comenzaron a servirnos la cena, Clemencia siempre se lucía, pero esta vez todo estaba exquisito. Aradia comía con gusto, notaba como disfrutaba de la comida.

¿Te gustó la cena? — le pregunté

Si, todo está delicioso— sonreía

Le sonreí de vuelta

¿Puedo preguntar algo? — me miró

Claro — respondi

¿Cuántos días estuve en el sótano? — cuestionó

Cinco — dije sinceramente — ¿Porque?

Porque creí que habían sido más, no se, mi mente se confundió  y pensé que estuve mas días — se encogió de hombros

Tuve que salir a arreglar unos asuntos de trabajo, ir y venir no me convenía — comencé a explicarle — por eso me tuve que quedar en Londres.

—Entiendo — sonrió de lado

¿Quieres que vayamos al jardín para comer el postre? — le pregunté

Asintió muy feliz

Le ordene a Clemencia que nos llevaran el postre al jardín.

¿Puedo tocar las flores? — me preguntó en cuanto salimos

Es tu jardín, claro que puedes tocar — le respondí

Rápidamente camino hacia los tulipanes, los rozó con los dedos, volteaba a ver el cielo. Hoy es un día despejado, ya empieza a oscurecer y algunas estrellas son visibles.

Clemencia llegó con el postre

Luce feliz — me dijo

Me parece irreal que en cinco días haya tenido este cambio — añadí

No empieces a cuestionarte hasta su forma de respirar... — me regañó

No dije nada

Aradia noto que Clemencia llegó y se apresuró a nuestro lado.

Mi niña, espero te guste el pastel que prepare — se dirigió a Aradia

Gracias, Clemencia— sonrió

Se sentó frente a mi, Clemencia se fue, de nuevo nosotros dos solos.

Dijiste que si me portaba bien, podía salir de aquí — comenzó a hablar — ¿Cómo sería eso?

Saldrías con chofer y guarura — le explicaba — pero eso será, cuando esté seguro de que no escaparás

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora