Cap. 41 - Placer

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🔞

En un abrir y cerrar de ojos, estoy amarrada de las manos a uno de los postes de la cama, mi cuerpo se retuerce al sentir la lengua de Will en mi centro.

—Amo... necesito correrme — digo en un hilo de voz

No debo olvidar las reglas, trato de recordarlas, para no recibir un castigo.

Aun no — responde

Sigue con la deliciosa tortura, su lengua en mi clitoris y sus dedos en mi intimidad. Estoy gimoteando sin control, no puedo contenerme, me corro en sus labios.

Eres una niña muy mala — ese tono de voz hace que me quiera volver a correr

Gira mi cuerpo, mis manos quedan cruzadas y duele, pero todo se me olvida cuando siento como entra en mi, una y otra... y otra vez.

Te mereces un castigo — aprieta mis pompis

No, no por favor — digo en automático

Sus penetraciones son dolorosamente deliciosas, se aferra a mi cadera para hundirse mas en mi, como si eso fuera posible.

Se levanta de la cama y me deja asi, temblando.

—Vamos a empezar despacio — lo veo mirar las fustas de la pared

Se acerca lentamente, poco despues siento la maldita fusta en mis piernas, la pasa por mi columna, no deja de dar pequeños golpes en mi piel.

Recuerdo los moretones en mis piernas aquella vez que me pegó y casi pierdo la excitacion, mete sus dedos como para aliviar el dolor y lo logra.

—Debes controlarte — saca sus dedos

Comienza a sobar mis pompis, toma otra de las fustas que tiene muchas tiritas largas y comienza a golpear en mi intimidad.

No se que sentir, duele pero a la vez no, mi cerebro no se pone de acuerdo con mi cuerpo.

¿Te gusta? — cuestiona cuando mete dos dedos en mi — Claro que te gusta, estas chorreando, deseando que te folle tan duro que mañana no puedas caminar

Eso me excita aun mas, volvió a ponerse detrás de mi, senti las tiritas en mi espalda, se enterró en mi con urgencia.

Mi cuerpo dolia y aun asi se convulsionaba del placer.

No descansaba un solo instante, empujaba dentro de mi como si de ello dependiera su vida.

Pídeme que te llene de mi — ordeno — pide mi derrame dentro de tu pequeña vagina

Dios — fue lo único cuerdo que pude decir antes de hacer lo que el quería

Pidelo, ruégame! — dio un azote en mi cadera

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora