Cap. 23 - Sleep-out

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🔞

Los días pasan, hacemos lo mismo siempre, pero hoy es diferente. William se quedó en el estudio trabajando, inexplicablemente no puedo dormir.

Me acostumbre a que me abrace para poder conciliar el sueño, pensé que cuando me tuviera de regreso, lo primero que haría sería querer tener sexo. 

Pero no ha sido así, solo me abraza por las noches como si yo fuera lo más preciado que tiene.

Escucho que abre la puerta, no me muevo, finjo estar dormida. Entra al baño y oigo el ruido de la ducha. 

Minutos después sale y se acomoda a mi lado.

—¿Estas dormida? — cuestionó en mi oído

No respondí, tengo miedo.

Siento su mano en mi pierna, mi piel se eriza mientras sube mi bata hasta la cintura.

Va a pasar...

—¿Estas dormida? — insiste

Sigo sin responder aún cuando ya está bajando mis pantis, estoy quedando expuesta ante el, es una extraña mezcla de sensaciones.

Quiero levantarme y correr, pero también me quiero quedar para experimentar cada caricia que me da. Aleja su mano, por un instante creo que desistió, pero no, solo se aleja para bajar su pantalón.

Vuelve a pegarse a mi, siento su enorme erección en la cadera, como pasa su mano por mi vientre hasta llegar a mi centro.

Muerdo mis mejillas para no dejar salir ningún sonido. Sus dedos juguetean con mi clitoris, rápidamente se da cuenta de lo húmeda que estoy.

-Qué rico... —dice bajito

Sube su mano por mi estómago hasta uno de mis pechos, lo aprieta un poco, quizá buscando una reacción en mi.

Su boca está en mi oreja, no se cuanto más pueda resistir. Se abre paso en mi centro, separa un poco mis piernas para tener acceso.

Se que no estás dormida, pero quiero cerciorarme — dice en mi oreja

Guía su erección por en medio de mis pompis hasta mi intimidad. Me penetra de una sola estocada.

Mi cuerpo vibra, cierro los ojos con fuerza, me duele, pero puedo soportarlo.

—Mierda —dice en mi oído — estás tan apretada

Quiero gemir, quiero gritar todo lo que siento, pero no le quiero dar ese placer.

Comienza a moverse dentro y fuera de mi, me sostiene de la cadera para hacer su trabajo más fácil, no para un segundo.

Siento que estoy cerca, quiero moverme, mi cuerpo inexperto me pide hacerlo pero desisto. Un líquido caliente se esparce en mi interior, se corrió.

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora