Cap. 30 - Free

249 40 59
                                    

ARADIA:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ARADIA:

🔞

Sus besos recorren mi cuello, yo lo unico que quiero es que siga, que no se detenga nunca.

Quiero hacerte el amor aquí, frente a esta vista — comienza a deshacerse de mi ropa

Alguien puede vernos — digo en un susurro

No pueden y aun si pudieran, sólo sentirían envidia — presiona mis pechos con sus manos

Decido no quedarme quieta y ayudarlo con su ropa, desabotono su camisa, noto el anillo en mi dedo, no puedo evitar sonreir.

Este anillo solo demuestra que eres mía, por voluntad propia y que tu amor es tan profundo como el mio — deja un beso sobre el

Te amo — confieso

Sus ojos brillan

Te amo tanto, Aradia — me carga para llevarme a uno de los sillones — nunca te dejare ir

Eso suena como una advertencia, pero lo ignoro, veo como quita su ropa y se mete en medio de mis piernas.

Baja sus besos por mi pecho, llega a mi abdomen y sigue, parece no querer detenerse. Llega a mi centro, deja pequeños besos pero despues lo unico que siento es su lengua en mi clítoris.

No puedo evitar gemir

¿Te gusta eso? — me pregunta

S... si — digo con la respiración entrecortada

Sigue, pero ahora mete dos dedos en mi, ya estoy mas que lista, el orgasmo comienza a formarse en mi interior.

No te corras, aún no — su voz cambia

Se detiene

Quiero sentirte — se abre paso entre mis piernas para penetrarme

¿Puedo hacerlo yo? — pregunto

¿Quieres montarme? — noto en sus ojos la excitación

Asiento

Hazlo — se sienta en el sillon

Torpemente me acomodo sobre el, sostiene su miembro para poder penetrarme.

Eres mia... solo mia — dice mientras se hunde en mi

No digo nada, solo disfruto esas deliciosas sensaciones, besa y chupa mis pezones con esmero mientras yo me muevo sobre el.

Pareciera que haz hecho esto siempre — succiona mi pecho — me encanta

Mete su mano en mi cabello, me obliga a mirarlo, hay fuego en nuestras miradas, no dejo de moverme y finalmente puedo liberar mi orgasmo

Estoy gimiendo muy fuerte, no me importa nada. Esta vez no hay quien pueda vernos.

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora