Cap. 18 - Furia

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WILLIAM:

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WILLIAM:

Cuando Trevor me dijo que la había encontrado, el aire finalmente entro a mis pulmones.

Estoy fuera de mis cabales, ahora que la tengo de nueva cuenta conmigo, no la dejare ir. Se quedó dormida por la pastilla tan fuerte que le di, acaricio sus rubios cabellos para lograr calmarme, para cerciorarme que no es un sueño.

¿Ya encontraste la casa que te pedí en Primrose?

Ya, la están asegurando como pidió — me respondió rápidamente

Una hora y media después estamos llegando a la casa en Sussex, abren la puerta de la camioneta para que baje.

Después me encargo de bajar a Aradia, sigue dormida, luce tan tranquila.

Voy directamente a la habitación secreta.

Necesito una jaula en el sótano, dentro pones una cama y una silla — digo sin esperar respuesta

Cuando entramos a la habitación, está obscuro, como puedo la amarro a la pared, no quiero que nadie la toque.

Las horas pasan, Clemencia me rogaba para que comiera pero no me pasaba nada. Lo único que quiero son respuestas, sabía que esto no podía ser así de rápido.

Como fui tan imbecil

Ya están instalando la jaula en el sótano, pero la señora se despertó y está gritando — escucho a Trevor

En cuanto terminen de instalarla me avisan — salgo de la cocina

Unos veinte minutos después me avisan que esta lista la jaula.

—Quiero a todo el mundo fuera de la casa — le ordeno

Lo que menos quiero ahora, son interrupciones. Camino lentamente a la habitación secreta, mis manos tiemblan de la rabia que siento.

AYÚDEME! — grita Aradia

Por la obscuridad no se da cuenta que soy yo

ME TIENEN SECUESTRADA, SOY ARADIA KLEFF — dice rápidamente

Se perfectamente quien eres — la corto

Guarda silencio

Enciendo la luz

Eres una maldita perra, eres una pequeña mentirosa, pedazo de mierda! — le gritó a la par que le suelto unas cuantas bofetadas

Desamarró sus piernas y caminó en busca de algo que me ayude a darle el castigo que se merece.

Will — dice en un hilo de voz

No te atrevas a pronunciar mi nombre, soy tu Amo, tu dueño — dejo otra bofetada en su mejilla — el sótano será tu lugar, a partir de hoy vivirás ahí

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora