Cap. 48 - Exasperation

170 33 29
                                    

ARADIA:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ARADIA:

🔞

Me estaba divirtiendo mucho con la desesperación de Will, pero se que no duraría mucho, el sexo es parte de su rutina.

¿Quieres que embarre pastel en tu miembro? — me acerque para dejar un beso en sus labios

Me tomo del cabello y me forzó a seguir el beso.

Si, necesito sentir el fondo de tu garganta— dijo en mis labios

Pero señor Stud, aún está convaleciente — dije bajito

Entonces voy a estar de mal humor y te vas a joder — bufó cuando me soltó

—Eres tan gruñón... — con mucho cuidado me acomode a horcadas, sin dejar caer mi cuerpo sobre el

—Ahora quiero cogerte — puso sus manos en mi cadera

Si quiero, extraño a mi esposo — hice puchero

Vamos a intentarlo — podía sentir su erección en mi centro

Creí que te dolía la espalda — dije con ironía

Tu eres la única medicina que necesito — comenzó a desabotonar mi blusa

Cuando sus dedos fríos rozaron mi piel, no pude evitar que el deseo me invadiera.

Termine de quitar mi blusa, alce su playera para comenzar a dejar besos por su abdomen, pero ahi estaba el vendaje.

No quiero lastimarte — voltee a verlo

Cariño, solo un poco — acaricio mi mejilla — te prometo que si me duele, te dire y pararemos

Está bien — asentí

Fui dejando pequeños besos por su abdomen mientras que con mucho cuidado bajaba el pants. Trataba de ser cuidadosa, pero su desesperación era demasiada.

Tome su miembro entre mis manos, lo masajeaba a la par que chupaba la punta con mi lengua. Volteaba a verlo para saber si le gustaba.

Comencé a meterlo en mi boca, lo metía y sacaba, lo masajeaba y pasaba mi lengua por su longitud.

Escuchaba los ligeros sonidos provenientes de su boca, como se tensaba cuando sentía el fondo de mi garganta.

Cariño, montame... necesito sentirte — casi suplico

¿Me dirás si te duele? — pregunte

Asintió con desesperación

Me levanté de la cama para quitar mi ropa, tenía miedo de que toda la terapia y la operación haya sido en vano pero conociéndolo, no lo haría cambiar de opinión.

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora