[COMPLETADA]
El es un hombre solitario a causa de sus traumas y malos tratos, en busca de una mujer que esté a su lado, a pesar de los secretos.
Los viejos amores y las deudas serán clave en esta historia.
Siempre obtiene lo que quiere, o al menos...
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WILLIAM:
No sabia que hacer, de un momento a otro la situación cambio, crei que regresariamos pero Aradia se puso extraña, se llenó de dudas y yo no sabia como hacerla cambiar de opinión.
Como le explico que esto no es solo sexo, que la quiero de vuelta para siempre, ahora sé que no será fácil convencerla. Creía que con sexo se daría cuenta que somos increíbles y que lo nuestro es estar juntos.
Estábamos abrazados, no se que decirle o que hacer, estoy buscando las palabras adecuadas cuando escuchamos que la puerta se abre. Aradia se pone la bata y yo busco por lo menos mis boxers.
—¿Aradia? — escuché la voz de Layla
Respiré profundo, mi alma descansó cuando escuché que era Layla, por un momento crei que seria el maldito de Douglas.
—¿Que mierda esta pasando aqui? — cuestionó Layla cuando encendió la luz
La ignoré, aproveche la luz para buscar mis pantalones y ponermelos.
—¿Que haces aqui? — me preguntó
—Vine a buscar a mi mujer y a mi hijo — respondi con naturalidad
—Al parecer deberemos tirar el sillon — nos miro a ambos
—Layla, pense que llegarias mas tarde — dijo Aradia casi en un susurro
—Son las tres de la mañana, pero al parecer a ustedes las horas se les hicieron minutos — su tono de burla era evidente
—Es hora de que te vayas — Aradia me miró
—Quedamos que dormiría en el sillón — me quejé
Layla nos miraba divertida, no sabía que decir, deberíamos vernos ridículos.
—Se que este no es el mejor momento, así que me iré— comencé a ponerme mi camisa — volveré temprano para que hablemos
—Está bien — Aradia asintió
Sonreí, tome su cara entre mis manos y le di un beso, salí de su casa con un mejor humor, hacía tanto que necesitaba sentirla mía.
Toqué la ventana de la camioneta para que Jason y Trevor despertaran.
—Vamos a un hotel cercano — ordené cuando subí a la camioneta
Trevor comenzó a conducir, llegamos a un hotel, pedí dos habitaciones, una para mi y una para ellos.
Entre a la ducha, deje que el agua caliente mojara mi cuerpo, estaba muy relajado pero no podía dejar de sentir miedo, ella podía tomar a mi hijo y simplemente irse.
Me acosté pero no logré conciliar el sueño, cuando dieron las siete de la mañana, llame a Trevor para que se prepararan, me aliste para salir y en media hora estábamos en casa de Aradia.
