Cap. 9 - Weaknesses

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WILLIAM:

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WILLIAM:

Ya era entrada la madrugada cuando salí de casa de Layla, platicar con ella me centra y me hacer ver las cosas de una manera distinta.

Es como tener una hermana a la que puedes recurrir cuando tu mundo se vuelve oscuro.

Trevor, ve al departamento de la señora, recoge todo para que lo lleves a la casa, después véndelo junto con el auto, el dinero que te den lo depositas en su cuenta — empiezo a ordenar

Espero que con eso solo parezca que quiso irse

Así lo haré — asintió

¿Su celular donde está? — pregunte

Está en el despacho de la casa de Sussex — respondió

Bueno, ahora vamos a mi departamento — finalice

Abrió la puerta para que entrara a la camioneta, no había tránsito por la hora, en quince minutos llegamos.

¿Ya terminaron la remodelación? — le pregunté a Trevor

Si, ayer terminaron — confirmo — igualmente ya estoy buscando la casa que me pidió

Perfecto, pasen a las nueve de la mañana por mi — ordene

Subí al departamento, todo estaba perfecto, fui a la habitación principal para dormir.

Habían cambiado todos los muebles de esta habitación, ahora era más acogedora, solo necesito a Aradia a mi lado.

Han pasado cinco días desde que me fui de Sussex, diario llamo para saber si ha cedido o como se encuentra pero nada ha cambiado.

La mañana llegó, no dormí nada por estar pensando idioteces, tome el teléfono para llamar a Clemencia.

Casa de la familia Stud — oí la voz de mi nana

Soy yo — respondí — ¿Cómo está?

Mal, es poco lo que come y solo llora — noté la pena en su voz

Hoy regreso a la casa, bañala, alístala, pero vuelve a amarrarla, cuando llegue me encargo de ella — ordene

Esta bien ¿Quieres que prepare algo en especial de comer o de cenar? — preguntó

Prepara la cena, algo rico, lo dejo a tu criterio

Nos vemos al rato — dijo Clemencia

Yo colgué

Me aliste para ir a la firma del contrato, salí media hora después, ya estaban ahí esperando. Subí a la camioneta, me urge terminar con esto para mandar el cargamento.

Llegamos— Trevor habló

Bajó para abrir la puerta de la camioneta y yo pudiera bajar, el subió junto conmigo a mi oficina.

Viviendo con el enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora