[COMPLETADA]
El es un hombre solitario a causa de sus traumas y malos tratos, en busca de una mujer que esté a su lado, a pesar de los secretos.
Los viejos amores y las deudas serán clave en esta historia.
Siempre obtiene lo que quiere, o al menos...
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ARADIA:
Cuando estamos asi, me dan ganas de quedarme aquí para siempre, mi interior se remueve, no logro encontrar un equilibrio entre mis deseos, mis sentimientos y lo que es correcto.
—¿Creias que podias huir de mi? — lo que dijo me dio escalofríos
Solo me rei
Rodeó mi cintura con sus brazos, estábamos muy cerca, senti su aliento en mi cuello, mi cuerpo reaccionaba a su cercanía.
Me beso, no me resisti, recibí su beso como el ultimo, tenia un plan y ahora que estamos solos, no iba a desaprovechar la oportunidad.
Estábamos tan cerca que senti su ereccion en mi vientre, me puse nerviosa cuando hizo que lo rodeara con mis piernas, ahora la sentía cerca de mi intimidad.
Gemi
No debí hacerlo, pero lo hice. El solo pensar en aquella vez que lo vi masturbandose me hace sentir húmeda.
—Quiero que estemos juntos — dijo cuando dejo de besarme
—Estamos juntos — respondi casi en un jadeo
—Me refiero a que hagamos el amor — dijo eso como si fuera obvio
Quizá si era obvio, pero estaba tan nublada que no lo entendi, no sabia que decir, mi cuerpo no se resistía a el, pero mi mente si... o eso creía.
—¿Cuando? — cuestione
—Esta noche... — respondió
Supongo que podría decir que si, después de todo esperaba no estar esta noche junto a el.
—Está bien — asentí
—Me haces tan feliz, te prometo que todo va a estar bien — dejo un corto beso en mis labios
Nadamos, nos aventamos agua, de verdad me estaba divirtiendo mucho.
—Vamos a comer, tengo hambre — me dijo en medio de una sonrisa
—Esta bien, yo también tengo hambre — me rei
Ambos salimos del agua, el fue mas rapido que yo, me arropo con una toalla y comenzó a secarse con otra.
Debo disipar los pensamientos que me hacen dudar de mi decisión, me seco y me pongo el vestido, me preparo para cuando vea una oportunidad, salir corriendo.
Comencé a sacar cosas de la canasta, había fruta y algunos bocadillos que se veian muy ricos.
William se sentó frente a mi, se recargó en uno de sus brazos, tomo una uva y me la dio en la boca.
La acepte, me la comi e hice lo mismo.
Esa sonrisa me encanta, hace días que a pesar de esta estresado por el trabajo, me sonreía distinto, pero hasta hoy lo noté bien.