Aude Lois Grameth, estaba emocionada realizando su sueño y el de sus padres, ir a la universidad para ser una abogada prestigiosa.
Xder Fleming, es el más joven de los Alfas y estaba seguro que alguien quería que perdiera su manada.
El era el Alfa...
Bajamos de los vehículos y un olor a rosas me puso muy inquieto, mi corazón se aceleró, no acostumbro a estar nervioso, he enfrentado muchas adversidades y junto con mi lobo me considero un hombre valiente. Pero en este momento, siento algo parecido al miedo y no lo entiendo.
— ¿Pasa algo? — Óscar me mira, él me conoce muy bien. Crecer juntos nos ha hecho entender al otro sin siquiera decir una palabra.
Pongo mi mano en mi pecho.
— No se, ¿siento un dolor aqui y ese olor poco particular? — le digo a mi amigo que me mira frunciendo el ceño.
— Yo me bañe y ¿tu? — dice él en tono de burla y le golpeo el pecho.
— No es eso, huele a jardín... a rosas — doy un paso lejos del auto mientras el resto me espera.
— Solo siento el olor habitual de los jardines del campus — responde él y Marine se nos acerca — baby, Xder dice que huele a rosas.
Ella me mira y frunce el ceño.
— Aquí no hay rosales — dice ella. — ¿estas seguro? ¿No será algún perfume de alguna de las chicas?
Me dice y no respondo, si hubiera sido así ese olor lo hubiera sentido desde la casa, pero desde que pisamos el campus me siento inquieto luego que lo percibí.
— Mejor, vámonos — les hago una seña con la mano y caminamos.
No me siento tranquilo, ese olor me tiene muy inquieto, la presión en el pecho, comienzo a transpirar y es ahí cuando siento mi corazón latir con mucha fuerza, era sus ojos observandome.
Es ella — escucho a mi lobo hablándome.
Camino sin separar mi mirada de sus iris color café, nota que la miro y se esconde detrás de sus amigas brujas.
¿Es una bruja? Pienso y me angustia mucho esa idea, que ella podría ser mi mate y que sea una bruja.
No, un Alfa no puede tener como hembra a una bruja ¡es imposible! — me cuestiono.
Mientras mi corazón no deja de latir con fuerza.
Ella vuelve a mirarme por sobre el hombro de su amiga, nuestros ojos se conectan. Y cuando pase muy cerca logre percibir aun mas fuerte, ese olor a rosas que me ha tenido inquieto, era ella.
Es ella — vuelvo a escuchar con fuerza. Mi lodo no duda como yo, él está seguro que esa chica que puede ser una bruja, es mi mate.
Volteo a verla, y ella también hace lo mismo.
Nos volvemos a cruzar nuestras miradas. Sonrío a mis adentro, pero no dejo de sentir miedo.
Acabo de conocer a mi mate, pero ¿ella no me reconoció a mi? Eso que me mostró su mirada, ¿era confusión y duda?.
Me detengo antes de entrar al auditorio y le pido a todos que entren, Óscar se queda a mi lado.
— Es tarde, ¿por qué no entras? — me pregunta.
— Necesito saber todo de las cuatro brujas que están afuera — le digo y mira hacia la puerta por donde entramos.
— ¿Cuatro? Yo solo vi tres — dice él. Oscar es mucho más observador que yo. Seguro logro ver sus manos, ellas, las brujas tienen sus marcas en sus manos que la identifican, ahí ellas muestran sus habilidades.
— Habían cuatro, Óscar. Una de ellas olía a rosas — le insisto.
El me mira con detenimiento y algo confundido.
— Xder, una bruja jamás olerá a rosas. Ellas huelen a hierbas, ese es su olor — nos miramos y creo que ambos entendemos que ese olor solo decía y confirmaba quien era ella, el y yo volvemos a salir casi corriendo, pero ya no estaban ahí.
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