Aude Lois Grameth, estaba emocionada realizando su sueño y el de sus padres, ir a la universidad para ser una abogada prestigiosa.
Xder Fleming, es el más joven de los Alfas y estaba seguro que alguien quería que perdiera su manada.
El era el Alfa...
— Aquí duermen los que tienen pareja — lo miro levantando una ceja — menos Oscar y Marine, ellos tienen su chal fuera de la casa.
— Ah ok — Oscar Wharter y Marine Hoster, son el fortachón y la rubia.
Lo sé porque Oscar es el Capitán del equipo de Futbol americano de la universidad, y Marine, bueno, escuche que la llamaban así mientras estaba en la piscina.
— Pensé que todos eran amigos — digo al salir del pasillo, por obvias razones no abrió ninguna de las puertas, pero sí me mostró una terraza a un lado.
— Somos familia, Aude — dice ayudándome a bajar.
Sin querer mire hacia el otro lado donde dijo que era su habitación. Mi interior vibró de una manera que no estaba acostumbrada.
— Aude, te dije que luego que mostraré mi habitación — dice y me siento avergonzada, ,mis mejillas se tornan rosadas — ahora debo llevarte a tu residencia.
Sin despedirme de nadie salimos, ya era casi de noche, hacía algo de frío y me apresure junto con él a bajar los escalones.
No nos fuimos en su moto, al contrario, nos subimos en una camioneta negra, él me ayudó a subir y luego puso mi cinturón y me sonrió, estaba tan cerca que podía sentir su aliento.
Suspiro cuando cierra la puerta y me quedo un segundo sola dentro de la camioneta.
Estaba nerviosa, desde que me dijo de su habitación, me sentía extraña, nerviosa y ansiosa.
No que te vaya a invitar Aude, apenas se conocen — me digo.
Además nos se si le gusto, y porque le gusto. Es tonto hacerme estas preguntas cuando el es un desconocido, podría ver a cualquiera, cualquier chica le gustaría estar aqui con el, pero estoy yo, Aude Grameth.
No me visto elegante como todas sus amigas, no soy alta y mis caderas son redondas, él me mira y yo me atrevo hacer la pregunta.
— ¿Por qué me trajiste a tu casa? — dije y él miraba el camino —no nos conocemos, aunque creo que tu si me conoces, y sobre eso, ¿Por qué sabes sobre mi? es algo... inquietante e... como decirlo — él me interrumpe.
— Se que pensaras que estoy loco, te dije esa noche que te alejaras y luego te saqué de esa fiesta — dice con voz tranquila, — y veo que tú no entiendes lo que pasa.
me preocupan sus palabras, él sabe algo que yo ignoro.
— ¿Qué debo entender? explícame — le pido
— No se como lo tomes — dice y se queda en silencio y pasa su mano algo nerviosa por su cabello.
— ¿Por qué? — pregunto cuando hay mucho silencio entre los dos.
— Porque debes ser tu, Aude. No podemos cambiar eso — estoy aún mas confundida.
Llegamos al edificio de mi residencia, y él me mira.
— Nos veremos pronto Aude — dice y lo miro.
— ¿Por qué? — le pregunto y sonríe.
— Ya lo sabrás — dice acariciando mi mejilla y mi cuerpo se estremece.
¿Qué hace el en mi que me hace sentir así?
Esa noche me quedé sola en mi habitación pensando en esa tarde junto con Xder Fleming, y que me relacionaba con él, sus palabras son confusas. Cuando acepté venir a esta universidad, solo lo hice por las excelentes oportunidades que me ofrecían, no fue algo que planee, de hecho era mi última opción, porque estaba muy lejos de mis padres y no sabía si estar tan distante me afectaría.
No se nada de Xder Fleming y su familia.
"— Si, se podría decir que son famosos —" me dijo cuando le pregunté por sus padres, pero yo no sé quienes son.
Me dediqué un rato a averiguar por internet sobre los Fleming, pero no me decía nada extraño, ya que él me dijo que su padre era cirujano y su madre una empresaria, eso fue lo que encontré. Sus abuelos también eran empresarios y de una muy alto nivel social, fiestas, reuniones, subastas, todo una cantidad de eventos sociales donde aparece el apellido Fleming.
El resto de los días eran inquietantes, el olor de Xder me seguía a todos lados donde iba, era como si él hubiera pasado por ahí y su destello quedara en mi camino, raro? demasiado para una chica que quiere ser abogada y que las leyes son tan importantes, la razón no tanto.
¿Pero que tenía esto de razón?
Al contrario, era una locura llena de dudas, eso se había convertido ese chico de ojos negros tan profundo y enigmáticos.
Xder Fleming.
El mismo que en medio de la noche apareció en mi habitación.
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