Aude Lois Grameth, estaba emocionada realizando su sueño y el de sus padres, ir a la universidad para ser una abogada prestigiosa.
Xder Fleming, es el más joven de los Alfas y estaba seguro que alguien quería que perdiera su manada.
El era el Alfa...
Tenerla conmigo sobre mi moto, me puso como loco. Mi corazón latía sin cesar, mis nervios aumentaban mientras ella se sostenía de mi cuello para evitar caerse.
Fui irresponsable, fui impulsivo. No me importó. Era ella, y es mía, tenía que actuar.
La dejaría en su residencia y me apartaría, solo eso haré — me decía, pero no pude.
Ella no tenía la llave para entrar a su habitación, me tocó buscar a Michelle que es parte de mi manada y la subí a su piso. Cuando entro a su habitación y me miró, no evite desear entrar con ella, los sentimientos que se despiertan mientras estás frente de tu mate es algo que no se puede explicar, ese ser tan maravilloso que la Diosa luna elige para ti será tan o más importante que tú, eso representa tenerla cerca y saber que no podré estar lejos de ella mucho tiempo.
Llegué a la casa y todos estaban angustiados porque nadie sabía de mí. Solo me importaba Aude y me olvidé de mi manada, no es normal hacer eso, pero lo hice y al pensarlo no estaba actuando bien.
Luego de tranquilizarlos a todos me fui a mi estudio y Oscar me siguió, también Marine y cuando cerré la puerta los dos me miraban interrogantes.
— Te vimos Xder — dice mi amigo y trato de ignorarlo, mis manos aun tiemblan, tomé su mano y ella jamás se apartó, dejó que la llevara.
Estoy algo loco, por ella — pienso.
— ¿Es una de las brujas? — Pregunta Marine
— ¡No es Bruja! — me quejo.
— Así que si era una chica — dice ella y nos mira a los dos.
— ¡Salgan! que quiero estar solo — les digo antes de que sigan interrogandome, se que Oscar no lo hará, pero Marine ya me mostró que estaba celosa, no quiero lidiar con eso.
— Traela a la casa — habla Marine antes de caminar hasta la puerta. — si yo me di cuenta pronto el resto lo hará.
Oscar me mira.
— Sabes que ella tiene ese instinto — me dice — no estará tranquila hasta que la traigas.
— ¿Le dijistes? ¿le contastes de quien se trata? — lo interrogo, no quería que esto saliera de mis manos.
— Mi baby tiene que saberlo todo Xder — me confiesa y se que tiene razón, es la mejor de todas en eso.
Fue la primera que supo que Jharla no era mi luna, no tuve que decirle, su loba es instintiva, sabe quien miente, sabe todo antes que nadie.
Suspiro.
— Habla con ella — le pido y veo como pone los ojos en blanco — solo dile que yo me encargo.
— Xder ¿no la conoces? te hará más caso a tí que a mí — se queja apoyando sus manos sobre el escritorio mientras yo estoy sentado en mi silla. — Marine es terca, y cuando sepa quien es... — mira hacia la puerta cerrada, se inclina mas, susurra — cuando sepa quien es, ¿sabes lo que hará? — nos miramos en silencio — ¿sabes muy bien lo que hará Xder? ella nadie la detiene, solo tú.
Suspiro.
— Hablaré con Marine mañana — le digo.
Resopla,
— No voy a dormir con ella esta noche Xder — sigue quejándose — no me dejará tranquilo.
— ¡Carajo! es tu mujer, Oscar. ¡Ponte los pantalones! — me levanto también, odio que me inmiscuya entre sus problemas maritales. Soy el Alfa, no el consejero matrimonial.
— Me los pongo, claro que me los pongo. ¡pero ella me los quita y es la que al final manda! — no puedo creer que un hombre como Oscar esté diciendo esto.
Le dobla en tamaño a Marine, en masa corporal y en todo, y ¿aquí está asustado? ¿en serio? ¿Este es mi Beta? ¿el que debe protejerme?
— No seas cobarde, ¡vete a tu casa ya! — le ordeno.
— Ok ok me voy — dice con fastidio — pero cuando estés con ella ya verás lo que te digo.
Rio cuando se va y vuelvo a sentarme en mi silla, miro hacia el techo y suspiro.
Se que debo traerla a la casa y cuando eso pase, todo cambiará, lo sé.
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