24. Mia

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Besarnos fue el comienzo de entregarnos, me sorprende que haya sido ella la que tomó mi rostro en sus manos y dio ese primer beso, cuando yo deseaba decirle todo lo que siento, que la amo y que la amaré por la eternidad. Deseaba quitarle toda la ropa y sentir su piel. Asi que la subí al auto, abrí sus piernas y sintiendo el olor embriagante que emana su interior, bese su abdomen, mi lobo no deja de gruñir, está tan extasiado como yo, levanté la fina tela de su franela y posé mi boca en su piel desnuda, que delicia tan encantadora es su piel, quisiera probarla por completo.

Debemos marcarla, con la marca nadie nunca nos la quitará — escucho como me interrumpe el lobo, y subo mi rostro para verla.

Subo mis besos rozando el centro de sus senos, tomó su boca.

— Necesito hacer algo, que quizás te duele mucho — susurro entre besos — pero tengo que hacerlo Aude.

— Hazlo... — me pido y sonreí.

— Te cuidaré — digo tomando su rostro entre mis manos y haciendo que nos miremos — voy a cuidarte, haré que no te duela, lo prometo. Ahora vámonos.

Le doy un pequeño beso en su hinchada boda, y la tomó para llevarla a la camioneta.

No hablamos pero es tan claro que nuestros corazones y respiraciones estaban fuera de control, al llegar a la cabaña todo queda en una completa oscuridad, la oscuridad del bosque., de la noche; enciendo una linterna que llevo siempre en la guantera y la ayudó a bajar. Cuando entramos a la cabaña la dejo sola en el centro de la pequeña sala y busco el generador para que le de luz al lugar, y nos alumbre mientras aún está oscuro.

Ella se vuelve y miro lo sexy que está, pantalón largo de pijama color rosa, franela blanca y una chaqueta grande que muestra su hombro.

Será su hombro, no su espalda donde lleve mi marca, ahora estoy más seguro,

— ¿Quieres algo? — pregunto y veo como se sonroja, sonrió cuando negó con su cabeza.

Me acerco a ella y le quito la chaqueta.

— Yo si quiero, te quiero a tí — la jalo tomando sus manos y la guío hacia la habitación. Ella mira todo, notando que solo hay una cama.

— Es lo único que necesitamos, por ahora — le digo.

Besarnos, tocarnos, desnudarnos, todo eso me volvió completamente loco pero mas loco estaba con dejar mi marca en ella, necesitaba hacerlo, y mientras sentía su tibio y húmedo interior, Dark gruñía, en ese momento, era más animal que hombre, sabía que estar ahí con ella no podría aguantarme, la tome por las caderas y voltee su cuerpo, mire sus espalda desnuda, tan provocativa, mientras la arqueaba, y yo la llenaba de deseo; saboreaba su piel, anhelando su sangre, me excitaba, quería probarla, tenerla en mi boca, gruñí muy fuerte cuando logre correrme y caí sobre su cuerpo, respirando pesadamente.

Yo lo haré — Dark posee mi cuerpo.

Debo hacerlo cariño — lo escuchó decir. — debo poner mi marca en ti.

No me dio tiempo darme cuenta cuando clavó sus dientes en su piel sudada y logré saborear, la sangre ligada con mi saliva, podía sentir como latía tan fuerte su corazón , la adrenalina, el miedo, el éxtasis.

De repente, la escuchó llorar y me asustó.

Basta Dark — le digo pero la sangre de Audi en mi sistema me tiene algo aturdido a mi también.

Casi acabo — mi lobo es terco.

La vas a matar — suplico.

Jamás — responde pero siento su cuerpo frío y tomó el control.

Me aparto y veo el desastre de sangre que se volvió el lecho, mi boca y mis manos llenas de su sangre y hago lo que debo hacer, abro una herida grande en mi brazo soportando el dolor y la volteo poniéndola frente a mi.

¡Maldición Drak!, no se mueve — me asusto aun mas a no sentir que se queje o se mueva.

Calmate solo haslo — discuto con él mientras mi brazo sangra también y tomo de mi herida y hago que ella beba.

No la toma — me quejo — si no la hace puede morir — me lamento, estoy asustado, la abrazo. — ¡maldición!

Tapa su herida esperemos que despierte — dice mi lobo y eso hago.

Pongo mi franela en su hombro y lo aprieto, escucho que se queja, y suspiro.

— Creo que está bien — digo en voz baja — ¿estás bien?

No responde, pero siento que respira.

Marcar a nuestra mate es lo más horriblemente grotesco que hay, nadie habla del miedo de dañarla, del miedo de ella de morir y mucho menos ver como un lecho donde ambos compartían llenos de pasión, ahora está llena de la sangre de ambos.

Pero la historia de nuestra especie no solo tiene magia y encanto, si no que tiene mucha sangre.


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