Aude Lois Grameth, estaba emocionada realizando su sueño y el de sus padres, ir a la universidad para ser una abogada prestigiosa.
Xder Fleming, es el más joven de los Alfas y estaba seguro que alguien quería que perdiera su manada.
El era el Alfa...
Despierto con el sol en el rostro, la habitación blanca, así se llama, y en verdad todo ahí es excesivamente blanco. Levanto mi cabeza y lo miro durmiendo a mi lado, lleva un pantalón de pijama negro y en su pecho una marca de muchos círculos entrelazados, antes no la tenia, ¿Cuando se la hizo?
Me levanto con sumo cuidado para no despertarlo, pero parece que ese hombre no lo despierta nadie, lo escuchó hasta roncar y sonrió.
¿Que te pasa? ¿recuerdas lo que te hizo? ¡ese loco te lastimó! — me regaño y toco mi hombro al recordar la herida que él me hizo, pero me sorprende al darme cuenta que no tengo nada, trato de mirar y solo logro ver unas marcas en él. Me apresuro al espejo y mi sorpresa es ver la misma marca que el tiene en su pecho, que ahora tambien la tengo yo, donde estaba esa herida que el me hizo
¿De esto era lo que él hablaba, de su marca? — vuelvo a verlo y aun sigue igual, dormido.
Camino hasta estar cerca y toco su marca, no es tinta, pareciera una cicatriz oscurecida, tocó ahora la mía y es igual, está incrustada en nuestra piel.
¿Cómo hizo eso?
Vuelvo al espejo y me miro, no puedo creerlo, recuerdo muy bien el dolor, la sangre en las sabanas y la herida en mi hombro, la toqué, lo miré. Cuestiono todo a mi alrededor.
¿Quien es él? ¿Quién es Xder Flening?
Miro toda la habitación y todo es tan lindo y elegante, cada detalle en ese lugar muestra lo ostentoso que es.
Suspiro y miro, el ventanal que lo cubre una gran cortina desde el techo hasta el piso, tambien blanca.
Camino hasta ahí y descubro una hermosa terraza, abro la puerta corrediza y la brisa de ese día me recibe, el bosque, el cielo y las colinas son el dibujo que puedo ver desde ese lugar, estoy fascinada y mucho más con todo el ruido que percibo del bosques.
Es como si sintiera cada sonido en mi piel, que me eriza y de una manera extraña me hace sonreír. Cierro mis ojos y disfruto de toda la naturaleza que esta a mi alrededor, hasta que escucho un ruido a mis espaldas y sin voltear sé que es él.
Siento ese olor tan familiar, Xder Flemin, ese extraño que ha dejado su marca en mí.
— ¿Estás bien? — escucho su profunda voz que me hace estremecer.
Volteo mi cabeza y lo veo por sobre mis hombros, no hablo. Se ve extremadamente sexy ahi parado, con su hombro apoyado en el umbral de la puerta y sin camisa, mostrando esa marca que ahora compartimos.
— Para ver — dice y se acera, aunque estoy de espaldas puedo escuchar muy bien sus pasos, mi corazón se acelera.
Llega hasta mi y roza la punta de sus dedos con mi piel, todo mi cuerpo es recorrido por una especie de electricidad que activa mis sentidos y su roce lo escucho en mis oídos, mi olfato siente su olor que penetra hasta mi cerebro, mis ojos ven mucha más allá de lo que los arboles del bosque muestran, mi boca recuerda el sabor de su primer beso, y todo mi interior lo anhela. doy un paso para alejarme.
— Lo sientes ¿no? esa es nuestra conexión — dice y me siento un poco aturdida.
Me sostengo con fuerza de la baranda de la terraza y lo miro.
— ¿Quien eres? — le pregunto — quiero decir... ¿que eres? — lo miro con duda y el apoya su cuerpo de la baranda y cruza sus brazos sobre su pecho. Acaricia su marca.
Es realmente irresistible la sexualida que me transmite.
— Soy un lobo — responde — un hombre lobo.
Me quedo en silencio analizando lo que acaba de decirme.
Los hombres Lobo son criaturas mitológicas, llamados también licántropo. Es lo que hablan los libros, es lo que sé, y ahora este hombre tan... pero tan...¿es un hombre lobo?
— ¿Puedes transformarte? ¿Aquí? ¿ahora? — le reto.
— No creo que estés preparada para verme asi, aun no — dice y lo miro, él sonríe — aunque mi lobo esta ansioso para que veas como en realidad soy.
Bufo.
— Es imposible, no creo nada de eso — digo y él se inclina hacia mí sorprendiéndome, me paralizo.
— Ahora soy tu lobo, mi amada luna — su voz se vuelve completamente gruesa y me aparto un poco y lo miro, sus ojos negros se vuelven azules intensos como si fueran una luz.
Aquello me sorprende muchísimo.
— Pero, los lobos no existen, solo es fantasia — le digo aun sabiendo que lo que acaba de pasar es algo que no tiene lógica.
Su marca, el cambio en su voz y ahora esa mirada brillante.
— Aun no se que eres, pero sospecho que como no sabes debes ser una mestiza, quizas de algun lobo que se apareo con una humana o al contrario, una hembra con un humano, aun no lo se. Pero eso lo descubriremos pronto.
Me quedo en silencio, pensando en mi familia, nunca escuche nada sobre eso, mis tíos me cuidaban mucho, mi madre y mi padre igual, jamas escuche sobre los lobos o algo parecido, esto todo es nuevo y me llena de confusión.
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