76. La boda

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Audie

Al llegar la noche y todo volverse extremadamente oscuro, no había luna, los libros hablan de noches así, cuando todo se oscurece y no se ven ni los brillos de las estrellas, dicen que la Diosa baja a visitar a sus hijos, era la noche perfecta para casarme con Xder.

Me sentía tan nerviosa cuando me tocó caminar por el largo pasillo lleno de personas que me tocaba caminar, cada manada iba con su Alfa y este debería estar con una rodilla en el suelo cuando pasara, es su manera de demostrar que respeta la decisión del Alfa que se case en elegir su pareja predestinada.

El camino fue largo y cada vez que caminaba una antorcha se encendía y podía ver más cerca la cara de mi Alfa.

Me siguio con sus ojos tan fijos en mí, estoy segura que el resto, para él, han desaparecido.

Jade gruñe, aúlla y Dark le responde, mi corazón golpea mi pecho, cada paso es un latido que retumba en todo mi cuerpo, los ojos negros de Xder me escanean y mi vestido lleno de encajes, perlas y brillante, alumbran por si solos.

Mientras mis padres le dan sus respetos a Xder, él los mira y luego sus ojos otra vez a mi, me hace sentir su mirada como si fuera algo de este mundo, deslumbrado y lleno de adoración.

Sonrió, mientras él se mantenía en su papel de Alfa.

El sacerdote pide silencio y la noche se llena de una pequeña neblina que nos mantiene fascinados, el frío nos eriza la piel y cuando todo es un gran silencio, la ceremonia empieza.

Entre el recordatorio de nuestros deberes como la nueva pareja de Alfas, el frío de la noche no se disipa, la oscuridad cada vez nos envuelve mientras algunas de las antorchas bajan sus llamas como si fuera algo mágico.

— Entreguen sus ofrendas — dice el sacerdote y yo miro a Xder sin lograr entender.

Su madre, que junto a su hermana fueron las únicas que sobrevivieron, viene hasta él y le dan un anillo.

— Doy como ofrenda el anillo de alfa de mi padre — dice él y lo coloca sobre una copa que el sacerdote le muestra.

Yo lo miro y no se que hacer.

— Mi hija da como ofrenda mi collar como protectora de la luna — todos se sorprenden, hasta yo.

Jamás lo he visto, así que ella me lo entrega en las manos.

— Esto pasa de generaciones a generaciones, jamás te lo entregue porque pensé que nunca lo necesitarías, lo siento — mira hacia Xder — pero es el momento de que todo esto cambie.

Mi madre me lo entrega y aprieta mis manos, sus ojos se llenan de lágrimas y luego mi padre hace lo mismo, sin darme cuenta cada uno de todos los que vi como mi familia pasan hacia el frente y hacen lo mismo.

Mis tíos y mis primos no eran más que la familia que nos adoptó, todos son lobos, desertores que en algún momento se encontraron y sin saberlo me cuidaron.

No pude si no llorar, sollozar porque odiaba los celos y los controladores que eran mientras crecía, no sabía quién era y ellos cuidaron de ese secreto.

Con todos esos sentimientos entrecortados entregue mi ofrenda, Xder tomó mi mano dándome su apoyo y fue cuando sentí mas de su amor.

— Su segunda ofrenda — pide el sacerdote,

la mano de Xder tomó mi mano e hizo que la abriera, la besa y luego con una daga hace que la tome por la hoja y el hace lo mismo, con las manos unidas dejamos que la sangre caiga sobre la copa.

— Unidos por sangre, y solo los separa al derramar su sangre — dice el hombre mientras toma la copa y vierte todo en un caldero, vemos cómo arden llamas donde desaparece el pequeño caldero, cuando las llamas bajan la intensidad, el sacerdote toma con un mango largo el caldero y lo lleva hacia una piedra hueca colocada a un lado del altar, vierte todo el contenido y el humo inunda el lugar, luego que se disipa nos llama a Xder y a mi para que metamos la mano, luego que mi casi esposo vierte una botella completa de algo que parecía licor con un extraño olor que para mí, era como una noche de lluvia.

SOY SUYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora