Aude Lois Grameth, estaba emocionada realizando su sueño y el de sus padres, ir a la universidad para ser una abogada prestigiosa.
Xder Fleming, es el más joven de los Alfas y estaba seguro que alguien quería que perdiera su manada.
El era el Alfa...
Miedo, es lo que siento mientras vamos camino a la casa de los Fleming. Todos estamos asustados, yo me incluye, porque nunca he luchado ni he peleado en toda mi vida.
Sé que tengo este poder tan poderoso que me hace ser alguien muy poco común entre los lobos, pero aún no sé cómo funciona.
Nadie habla mientras vemos la carretera, los colores rosa y naranja tinta el cielo mientras llega la noche, es asombroso cómo en solo pocos segundos estamos en completa oscuridad.
La mansión de los Fleming está a cuatro horas de la nuestra y parece que fueran cuatro días.
Al darnos cuenta que estamos cerca vemos unos faros alumbrar y mi pecho se parienta.
Es Xder, lo sé.
Todos miramos como si lo supiéramos, pero los autos a nuestro lado nos pasan como si alguien los perseguía.
— ¡Es Xder! — gritó y golpeó la butaca donde está Oscar.
— ¡Lo sé lo sé! — responde y de repente todas estamos en completa excitación cuando nos fijamos que todos los vehículos incluyendo el nuestro se detienen. Todos sentimos la presencia de nuestro Alfa y es algo que no podíamos esconder.
Oscar da vuelta al volante mientras las ruedas rechinan, el resto de los seis vehículos que vienen con nosotros hacen exactamente lo mismo. Aunque no llegamos hasta la mansión, sentimos el olor a sangre y miedo que proveniente de ahí.
No son los Fleming, por lo menos no es lo que creemos. — Pensé y no sé cómo explicarles al resto de los chicos todo lo que siento.
— ¿Quién carajos va en ese auto? parece que mataron a alguien y están huyendo — el comentario hace que todos nos veamos la cara sin expresión alguna.
Si, mataron a alguien definitivamente, pero ese alguien no puede ser Xder, ¿o si? — pienso completamente asustada.
Vemos como el vehículo se adentra a una camino de tierra cubierto por vegetación y todos lo seguimos, no estamos tan cerca de ellos pero estoy segura que sabe que los seguimos.
Por Dios somos 6 vehículo, en los cuales hay: dos todoterrenos, tres camionetas y una van
— Sé hacia donde se dirigen — dice mi beta, la miro, aunque está oscuro puedo ver sus pupilas brillar — hemos estado ahí muchas veces, para Xder y Oscar crecieron como lobos.
— Es un lugar mágico — dice Oscar con nostalgia.
— ¿Qué lugar es? — preguntó con curiosidad viendo que el auto se pierde entre la maleza.
— No te sabría decir,— responde — pero ahí conocí a mi lobo porque Xder me llevo, era aún muy pequeño para un lobo tan fuerte y aun así lo acepte. Xder no solo es m Alfa es mi amigo y no dejaré que lo lastimen. Detente ahí — le da a orden al chofer que es uno de los chicos.
Todos los autos se detienen y bajamos de ellas.
— ¿Ahora? — pregunto y no noto que mis manos sangran, Marine me muestra y me doy cuenta que durante el viaje tenía esa pequeña daga que me entregó Bee y esta había roto mi piel, ya que estaba tan nerviosa que apreté con mucha fuerza, no sentí dolor.
— Con el olor de tu sangre, Xder sabrá que estás aquí — dice Oscar y asiento, tomo la daga y la guardo en mi cintura, sin importar si corta ahí también, no siento dolor, o quizás sea la adrenalina que corre por mis venas, el miedo y la anticipación de lo que pasara.
No se que pasar pero el olor que siento me confunde.
— ¡Vamos por aquí! — dice Oscar quien conoce el lugar muy bien.
— Para cualquiera un bosque, para un humano es un montón de vegetación, para los lobos es como su hogar — me dice Marine y la siento suspirar.
Oscar la mira con anhelo, todos estamos asustados porque no tenemos idea con que nos encontraremos.
Caminamos por un largo rato y luego notamos que la luna estaba llena y con un tono rojo.
— La luna roja — escucho a alguien susurrar, no se quien es porque estamos en una completa oscuridad con los sonidos de la noche, pero sin embargo,. la luz de la luna roja nos guía.
Llegamos a un claro y todos nos escondimos al ver movimiento.
— Jharla, ¡maldita loba! — susurra Marine.
Y entonces por fin se de quien han hablado por tanto tiempo, ahí, estaba ella, caminaba con arrogancia, al lado un gran hombre lobo gris con enormes brazos, sostenian un cuerpo definitivamente ya sin vida, devoraba lo poco que quedaba de él.
jJadeé, al ver aquello tan impresionante, como la sangre caía como chorros y brillaba con el resplandor de la luna, entonces ella volteo, todos nos quedamos inmóviles.
Jharla, miró hacia donde estábamos y aunque nos tapaba la oscuridad y la vegetación, estoy segura que sabía que estamos ahí.
Sentí su mirada y con ella una risa demasiado tenebrosa y un aullido que me erizo la piel, pero no era ella, no, venía de dentro de mi.
Era mi lobo, que acababa de revelarse.
Vine por mi lobo, mi mate. Yo soy su dueña y vengo a reclamarlo — escuche con una voz profunda, gruesa y sumamente femenina — soy Jade y pelearé por lo mío.
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