La vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte.
Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias.
A tan sólo doce años...
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La semana pasó muy rápido, al día siguiente ya asistiría a la academia. Sus documentos fueron rápidos, más de lo que ella pensó; no creía que fuera de esa manera cómo funcionaron los trámites, y que no tuviera que revelar sobre sus papás.
El hokage acordó en darle cierto dinero al mes para sus gastos. Compró con eso una pequeña alarma, que activó para al día siguiente no llegar tarde a su primer clase. Se recostó sobre su cómoda cama, y tuvo un sueño muy agradable.
La alarma sonó a eso de las 6:30, la apagó y se levantó a hacer sus quehaceres antes de ir a las clases. También había comprado ropa bonita para entrenar, fue lo que se vistió para sus clases; al igual que los libros que usaría ahí, y una mochila color gris, su favorito.
Para cuando terminó de arreglarse, faltaban 10 minutos para la hora de entrada, tomó sus cosas y salió por la ventana. La semana que estuvo en la aldea, recorrió las calles para aprenderse los lugares y no batallar para encontrar una ubicación, así que ya sabía cómo llegar a la academia, sin mencionar que aún guardaba el mapa que le habían dado. No tardó mucho en estar frente a esta, sintió nervios, se imaginaba que estar dentro sería un entrenamiento sin parar, más agotadores que los que su padre le hacía realizar.
Era un mundo nuevo, muchos chicos de su edad estaban ahí conversando, otros y platicando, o simplemente no hacían nada. Observaba todo con detalle al pasar sobre los pasillos, sonó el timbre cuando ya paraba a un lado, dudando si entrar. Entró, pues fue su decisión estar ahí, no podía echarse atrás en último momento.
Sus nuevos compañeros la miraban sorprendidos, no sabían quién era y porqué estaba para frente a ellos. Akame vio un rostro familiar, era como ver al señor Hokage en niño; se preguntaba si era amigable como él. Los veía a todos con su mirada seria, a simple vista parecía ser una persona egocéntrica, muchos la tacharon de serlo.
Todos callaron al ver a su profesor llegar. —Buenos días, chicos. Tienen una nueva compañera, ella es Akame, y estará con ustedes hasta fin de ciclo. Puedes pasar a tu lugar.
Al caminar para llegar a su asiento, escuchaba susurros no muy agradables de ella, solo los miró de reojo, causando un escalofrío en ellos por sus ojos intimidantes; por otro lado, los comentarios por parte de los niños eran cosas respecto a su físico, "es hermosa", dijeron muchos. Ordenó su lugar, y prestó atención a lo que decía su nuevo sensei.
—Muy bien chicos, ahora iremos al patio a repasar sus habilidades de tiro al blanco. Vayan saliendo en orden —dijo recalcando la última palabra.
Todos obedecieron. La peli negra fue detrás de estos chicos, cada uno con su grupo de amigos. Un chico con cabello azul cielo se acercó con una sonrisa a la peli negra. —¿No eres de aquí, cierto?
—No.
—Ya veo —sonrió de nuevo.
Ella se concentró en escuchar la conversación de dos chicas atrás de ella.
