Misteriosamente, Akame se había arreglado en la mitad del tiempo de lo que lo solía hacer, estaba demasiado emocionada.
Quería echarles ánimo a sus amigos, puesto a que la mayoría pasó a la siguiente etapa a excepción de Denki, pero él también estaría presente.Bajo las escaleras casi corriendo, y al sentir la presencia de su adoptivo padre mantuvo la postura y comenzó a fingir que no le importaba.
—¿Lista?
—¿Eh? ¿De qué hablas?
Kakashi sonrió ante lo dicho por la azabache, le recordaba de cierta manera al orgullo de Sasuke cuando estaba apenas graduado como ninja.
—Los exámenes chunnin. Comienzan en media hora.
—Hay que irnos ya, odio llegar tarde —fingió desinterés.
Al enterarse de que sí podía asistir, la hizo brincar de la emoción, pero todo eso lo hizo en su cuarto, porque cuando su ahora padre le comentó fingió no escuchar nada, causándole gracia al mayor.
—De acuerdo, vente, yo te guío.
Un escuadrón ANBU eran los escoltas del rokudaime y su hija, él la llevaba de la mano para que no se tropezara con algo que no percibiera.
Las personas murmuraban entre ellos por al fin conocer el rostro de la hija adoptiva de sexto Hokage. Solo los veían y hablaban.
—Escuché que ella trajo muchos problemas al séptimo y por eso es vigilada por el sexto —comentó una persona.
—Pobrecito nuestro sexto, ya se jubiló y está en una misión de ser padre —le respondió la otra.
La ojos ónix apretó con fuerza la mano con la que la sostenía el Hatake, el otro dándose cuenta de inmediato por aquel acto.
—No los escuches, no saben lo que dicen.
—Es verdad...
Su caminata frenó de golpe, haciendo a la peli negra repetir la acción. Kakashi se puso frente ella y se acomodó a su altura.
—Puede ser que al principio sí fue solo por la misión; pero, eso no cambia el cariño y amor que siento por ti, realmente te considero mi hija —sinceró volviendo a sonreír—. No prestes atención a que otros te dicen.
Si la Uchiha no tuviera el sello, se habrían apreciado un intenso brillo en sus ya no opacos ojos.
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Su hija| La última Uchiha nacida
FanficLa vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte. Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias. A tan sólo doce años...