La vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte.
Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias.
A tan sólo doce años...
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Iba a alejarse cuando detrás de ella apareció alguien apunto de atacarla. Ese hombre sostenía una katana y ella su kunai.
—Con que en verdad tienes el dojutsu —comentó entre un choque de espada-kunai.
Sin querer, para defenderse, Akame había activado su poder ocular. Quien se encontró con la mirada de Sasuke. Eran dos sharingan de tres aspas viéndose fijamente.
—¿Qué quieres?
—¿Quién eres?
La azabache se alejó. Intentó huir pero le fue imposible. De nuevo, el Uchiha apareció frente a esta.
—¿Qué quieres?
—Primero responde a mi pregunta.
—Una pregunta no se responde con otra. Dime —exigió tocando el mango de su espada.
—Comprobar sí tenías el sharingan —respondió simple.
—Soy Uchiha Akame, un placer, Uchiha Sasuke —sonrió de lado—. Así es, tengo el sharingan.
De pronto, habían salido varios clones del azabache que atacaban directamente a la de ojos negros. Le costó, pero logró acabar con estos a base de puro taijutsu.
—En verdad eres buena.
—Lo sé.
Sasuke se le había ido a atacar con su katana combinada de su rayo; Akame hizo lo mismo, pero su espada se envolvía de chakra violeta, tal y como los reflejos de su pelo.
Chocaron espadas. La menor aún no poseía la fuerza del más grande, por lo que no duró mucho sosteniéndola. Hizo dos clones de sombra y cada uno entretenía al mayor, pues al dividir en tres su chakra se podía confundir con cuál era la verdadera.
Unas llamas negras salieron de repente, desapareciendo consigo los clones. "Maldición". La de cabellos negros ya solo copiaba los movimientos del contrario, lo que se convirtió en un duelo sin ganador.
—¿De qué te sirve el sharingan? Yo lo odio.
El Uchiha ,plasmado, la ve aún con su poder ocular detenidamente, la analizaba de pies a cabeza.
—Eres fuerte, más que yo —comunicó recordando a que cuando tenía su edad era débil emocionalmente.
—Eso es mentira —respondió sin saber a lo que el hombre se refería.
La había metido en un genjutsu, y al no ser tan poderoso, salió de este. Akame se quería ir, quería irse y no pelear, como lo solía hacer antes de su llegada a la ciudad.
—Chidori —este fue directo al corazón de la azabache.
Con una increíble velocidad, para su edad, esquivó el ataque. El Sharingan se había vuelto a activar involuntariamente. Sasuke la miró realizar unos sellos, sellos que formarían una técnica desconocida a sus ojos.
