Los Uchihas ya llevaban tres días en su estadía en el pueblo donde, ambos, encontrarían información que les sirviera a Konohagakure.El hotel donde hospedaban era más bien una casa de limitado tamaño, que tenía dos cuartos junto a un baño y una cocina, por lo que no tendrían que salir a comer cada cuatro o cinco horas al centro del lugar, sino que ellos harían su comida.
La noche llegó y la azabache llegó frustrada de no haber vuelto con información sobre el grupo llamado Kara. Entró a su dormitorio, no sintiendo la presencia de su mayor, se dirigió al baño a tomarse una ducha. Luego, fue a la cocina para prepararse algo para cenar, encontrándose con la sorpresa de no tener más que cinco ingredientes con los que cocinar.
Tomó un poco del dinero que Kakashi le había dado antes de ir a la misión con el papá de Sarada y salió al centro. No era muy tarde, por lo que aún se encontraba gente disfrutando de aquella noche o comprando su despensa, lo que haría la peli negra. Al llegar al mercado compró un poco de la mayoría de verduras que vio, un trozo de carne y fideos, con los cuales planeaba hacer ramen.
Pronto volvía a su hospedaje, antes de eso, pasaba por un callejón muy oscuro, cuando de pronto sintió un chakra fuerte que le llamó su atención.
Se trataba de un joven de aproximadamente su edad sino es que uno o dos años mayor. Aquel chico se encontraba perdido en sus pensamientos, sollozando, abrazando sus rodillas y con la respiración agitada.
Por naturaleza, Akame era amable con las personas, por lo que decidió acercarse con el chico, en el que al estar al frente, estiró su mano esperando ver si le haría caso. Acción que sucedió tomándola por sorpresa.
—¿Qué quieres? —interrogó antes de tomarle del brazo.
—Ayudarte.
—No me conoces, no tienes porque ayudarme. ¿Por qué lo haces?
La Uchiha se quedó en silencio unos segundos, ayudándole al chico a levantarse, quien quedó de perfil.
—No lo sé. Quise ayudarte, no hay nada de malo.
—Tsk.
De un momento a otro, el sharingan de la peli negra se activó contra su voluntad, al sentir un chakra que no le traía la sensación de ser buena persona, mostrándole los ojos rojos brillantes a su contrario.
—Tú eres...
Este chico, quien también sintió un chakra, se estremeció ante a la presencia y los ojos de la Uchiha.
—Él está aquí —susurró asustado antes de correr hacia al lado contrario—. Shigeru... —musitó casi inaudible.
—¡Espera! —la Uchiha soltó sus bolsas.
Akame siguió su paso, aprovechando la habilidad enseñada por su padre para llegar a su lado. Parando a las a fueras del pueblo, justo en un bosque, ante la mención a ella. "Akame".
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Su hija| La última Uchiha nacida
FanfictionLa vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte. Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias. A tan sólo doce años...