10| Serendipia

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Casi 6 meses habían pasado desde que le habían sellado los ojos a la azabache

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Casi 6 meses habían pasado desde que le habían sellado los ojos a la azabache. Hace cinco meses que sus amigos se convirtieron en ninja. Cuatro meses para cuando se acostumbró a no ver la luz. Tres a que su sentido del olfato y oído se agudizaron. Dos meses que extrañaba salir. Un mes reflexionando sobre qué hacer. Si tan solo supiera que aún no saben nada de ella, si hubiera sabido sin duda ya no tendría el sello.

En ese tiempo logró entablar un lazo con Kakashi, llevándose muy bien; sino fuera por el físico, pensarían que eran padre e hija; los dos se tenían un enorme cariño.

Las cosas con sus amigos no iban del todo bien. Hablaban, sí, pero no se veían. Fue serendipia que ahora Mitsuki, el primero en saber de su sharingan, se convirtió en su mejor amigo. Boruto la seguía visitando con frecuencia, con él era más de hablar de lo superficial; en cambio con el de ojos amarillos, hablaba de sus sentimientos al respecto de sus ojos, y podía ser ella misma.

A Sasuke se le añadió un trabajo más: investigar de los padres de Akame. Sin contar que el equipo formado por Naruto seguía en proceso de investigación.

𖣘𖣘𖣘

—Aquí está tu desayuno —anunció el sexto colocando un plato de hotcakes en la mesa junto con un licuado de fresa.

—Gracias —la menor apenas iba agarrando el ritmo de saber dónde estaban las cosas, pues aún no conseguía distinguir con claridad.

—Comamos.

Los dos iniciaron con su desayuno. El silencio era amigo de ambos, ninguno se sentía incómodo aunque el otro no hablara.
Un pensamiento llegó a la cabeza de Akame, obvio tenía que preguntarlo.

—Me enteré que los exámenes a chunnin serán en dos semanas —comentó con voz baja—, ¿puedo asistir? Obvio no participar, estar como público.

El Hatake respiró pesado. No quería negarle ir con él, puesto a que sentía un dolor en su pecho desde que se enteró que la niña deseaba ser un ninja y ahora no podía; de igual forma no quería desobedecer las órdenes dadas por el séptimo.

—Le preguntaré a Naruto, sólo si él acepta.

Una sonrisa apareció en el rostro de la Uchiha. No podría ver las batallas como ella hubiese preferido, pero asistir le ayudaba a entrenar a identificar el chakra.

—Akame, no quiero hacerte sentir incómoda o algo parecido —comenzó hablando—. Pero, ¿puedo preguntarte quién es tu madre?

La peli negra suspiró pesado antes de asentir. —Sonará raro pero nunca me dijeron su apellido —rió por debajo—, su nombre es Yui —sonrió al recordarla.

—Tiene un lindo nombre, así como tú —el peli plata se levantó de la mesa con los platos que se habían utilizado—. Ve a bañarte y arréglate —ordenó sin mencionar algo más.

Su hija| La última Uchiha nacidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora