La vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte.
Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias.
A tan sólo doce años...
Perdón, no sabía que ese sería el último día en el que te vería.
Akame
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Sarada
"¿Qué quieres tener?"
Aquella pregunta llevaba sonando en mi cabeza desde que me lo preguntó. Era una chica hermosa, casi tan bella como Akame. Pero en su mirada lucía lo contrario a lo que muchos la veían. Ella había aparecido minutos después del chico, pero ella no parecía importarle no portar una capa que cubriese su rostro.
Mi respuesta a la pregunta no es algo de posesión, sino algo de ser. Pero no contesté y permanecí en silencio.
—Bueno, ya que no respondiste, te hacemos otra —volvió a hablar la chica.
—Oh, por supuesto —siguió aquel encapuchado—. No creas que no sabemos quién eres, te estuvimos observando y sabemos sobre tu desprecio a mi querida
"Aka-chan" terminó de decir la frase en mi oído.
Pensé algunos segundos, hasta que me encontraba segura de mi respuesta.
—Yo... haré lo que sea —respondí ante su pregunta.
—¿Segura?
—¡Sí!
—Entonces escucha.
Fue cuando comencé a oír su plan; finalmente sería yo. Los escuché atentamente, ya todo está seguro, sólo faltan unos días y al fin seré yo quien tenga la atención que Akame me quitó.
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