La mesa era larga, donde podían comer aproximadamente doce personas, mas solo se encontraban cinco cenando.—Me dijeron que viste a tu hermana, ¿no te enfrentaste a ella? —preguntó el mayor partiendo su trozo de carne, rompiendo el silencio que inundaba el comedor.
—No, no iba sola, iba acompañada por ninjas de La Hoja.
Este frunció el ceño, dándole una cachetada al contrario, quien estaba a su lado izquierdo y a menos de quince centímetros de distancia.
—Por Dios. No sirves para nada, no pudiste cumplir bien la misión. ¿Qué problema había con ellos? Ni siquiera te conocen.—Los de Konoha ya se habían llevado el cuerpo —musitó con desdén.
—¡Ja! No tienes fuerza ni mucho menos tienes talento, lo mínimo que tienes son tus ojos y tu privilegiado adn. Tu hermanita se llevó todo lo bueno, incluso se enfrentó a unos Ōtsutsuki, ¿qué hay de ti? Como sea, la misión era de único beneficio para ti.
Bajó la vista.
—Te lo recuerdo. Si fueras un Uchiha común no te hubiéramos aceptado. La sangre de tu padre te benefició bastante, pero la de tu madre la mejoró. No lo olvides —anunció antes de pararse e irse.
El ambiente de tensó, más de lo que ya estaba.
—Tsk. Maldita.
Por otro lado, cinco personas se encontraban comiendo hamburguesas, festejando que Mitsuki había regresado a la aldea. Uno de ellos, se encontraba contándole la anécdota a su crush, quien dedicaba a ponerle atención a sus palabras.—Y también peleamos con una serpiente muy grande —añadió orgulloso el rubio luego de terminar de contar su anécdota.
—¿Y ganaron?
—Por supuesto, sino, no estaríamos aquí. Yo mismo lo vencí.
Dos de ellos soltaron la carcajada.
—Ay, Boruto. Esa historia estuvo genial —comentó el Nara.
—Déjalo, trata de impresionarla —le respondió Yamanaka.
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Su hija| La última Uchiha nacida
FanfictionLa vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte. Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias. A tan sólo doce años...