Una semana había pasado desde que le dieron a cierta Uchiha la noticia sobre la supuesta aparición de su hermano, también, que debía cumplir con la misión de comprobar los rumores, una misión que haría con el padre de su no amiga Sarada.Al principio, admitía que no quería ir a la misión, pero, después de pensarlo muchas veces notó que en realidad deseaba saber qué sucedía con aquel chico, más desde el extraño sueño de no hace muchos días o cuando creyó verlo en el pueblo.
Cerró sus maletas, deshaciéndose de sus pensamientos, y bajando con una ligera emoción de entusiasmo.
Sus amigos ya sabían de esto, por lo que días antes decidieron reponer el día de campo, mismo día que le quitaron las vendas por su rápida recuperación. También, quedaron en despedirla a fueras de la entrada de Konohagakure.
—¿Estás lista?
La menor asintió, y su padre tomó el ligero equipaje, ambos saliendo de su hogar yendo a la entrada de su aldea, con quien se encontraron con el mayor de los Uchihas y su familia.
—¿Qué hace ella aquí? —interrogó la hija de Sasuke frunciendo el ceño.
—Akame viene conmigo para la misión —informó su papá, a lo que en ella se apreció una evidente mirada de celos que no pasó desapercibida la contraria y su madre, quien colocó sus manos sobre los hombros de su hija para tranquilizarla.
—¿A qué va?
—Asuntos que sólo ella puede resolver.
De pronto llegaron los amigos de la Uchiha. Quienes se despidieron con un abrazo cariñoso a esta, como sino la verían el resto de sus vidas. Otra vez, la de lentes apretó los puños.
—¡Papá-
—¿Ya está todo listo? —cuestionó a la peli negra de cabellos ondulados.
—Sí.
—Bien es hora de partir. Sakura, Sarada, nos vemos —expresó su despedida con su única mano.
—Adiós, papá —musitó su hija, quien recibió un pequeño golpe en su frente, alivianando un poco la tristeza que sentía.
Kakashi se colocó a la altura de la menor peli negra, con quien se vio fijamente antes de darse un abrazo por su despedida temporal.
—Te quiero —dijo la azabache aferrándose más a su espalda.
El rokudaime admitía que esas dos palabras los sorprendieron, aunque de eso, no se quejaba absolutamente nada. Separó un poco aquel abrazo, para poder verla a los ojos directamente.
—Yo también te quiero —expresó el Hatake sonriéndole con una de aquellas sonrisas paternales que los padres les dan a sus hijos—. Volverás pronto.
ESTÁS LEYENDO
Su hija| La última Uchiha nacida
FanfictionLa vida es sencilla; todos los que nacemos estamos destinados al mismo camino: La muerte. Las personas solemos estar en cambios constantes, en los que entramos en distintas etapas y vamos cambiando según las circunstancias. A tan sólo doce años...