06| Princesa

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La rutina continuaba normal

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La rutina continuaba normal. Akame se levantó de su cama para dirigirse a la academia, pero como siempre, cierto Uzumaki la había invitado a almorzar a su casa. Caminaron sin que la azabache hablara mucho.

—¡Ya llegamos! —anunció Boruto muy sonriente.

—¡Aka-chan! —expresó una alegre Himawari.

—Hima-chan.

—Ven, vayamos a jugar.

—Himawari, recuerda que Boruto y Akame tienen que ir a la academia —dijo Hinata—. Puedes invitarla luego de eso.

—¿En serio? —cuestionó feliz—. ¿Puedes venir luego de las clases, Aka-chan?

La otra asintió con una diminuta sonrisa.

Alguien se había puesto celoso al ver la facilidad con la que aceptaba su amiga—. Como sea, comamos.

𖣘𖣘𖣘

—Himawari te tiene mucho aprecio —platicó llegando a su casa después de las clases.

—Es recíproco.

—Incluso parece que te quiere más a ti —bufó en un susurro.

La peli negra rió por lo bajo. —Claro que no, quizás a mí me adora pero a ti te ama —habló recordando a cierta persona.

—Da igual. Yo aquí te dejo —comunicó estando frente a su casa—. Tengo que hacer cosas pendientes con el viejo —y de la nada se fue.

La ojos negros vio unos segundos lo grande que era la casa de los Uzumaki, y al cabo de unos segundos, entró para después tocar la puerta, siendo recibida por la madre de familia.

—Señora Uzumaki —saludó cordial.

—Pasa, Hima espera en su habitación.

Así la de ojos profundos subió al segundo piso, tocó la puerta y entró al escuchar un "pasa".

—Aka-chan, es hora del té —dijo carismática.

La menor tomó una de sus pequeñas tazas de juguete, para seguido servir la bebida caliente. Con exactitud, té de miel.

—Siéntate —ordenó amable mostrando una silla disponible.

—Gracias —una sonrisa sincera apareció en su rostro.

—Tienes un pelo muy lindo, ¿te puedo peinar?

—Sí.

De nuevo, la sonrisa heredada de su padre apareció en el rostro de la oji-azul. Buscó unas ligas de color rojo, pues según ella ese color le hacían resaltar su bonita cara. Con el peine empezó a desenredar el pelo, todo esto cuando la peli negra seguía tomando su té.

—Sabes, Aka-chan, a veces pienso que le gustas a Boruto —comentó sonriendo.

La peli negra escupió sin querer el agua de su taza. —¿Ah?

—¿También te gusta? —preguntó carismática—. Él siempre habla de ti todos los días —volvió a comentar pensativa.

—¿Quién habla de quién todos los días? —preguntó cierta persona con las mejillas rojas, había entrado sin tocar.

—¿Boruto? ¿No ibas a ir con tu papá?

—Ah sí, pero ya me aburrí —mintió.

Realmente había estado detrás de la puerta todo el tiempo.

—¿Quieres venir? —cuestionó la de su edad ya casi terminando de ser peinada.

—S-sí.

Himawari rió.

—¡Listo, Aka-chan!

La peli negra se había levantado. Su cabello ondulado ahora estaba con  trenzas sobre una. La Uzumaki lo había visto en su princesa favorita, y lo quería probar para Akame, pues según ella, era muy bonita como una.

—¿Cómo me veo? —preguntó sin mirar a ninguno de los dos hermanos, sólo viéndose en el espejo que la de ojos azules le prestó.

—Como una princesa —respondió la menor sonriendo.

El hermano de esta, se encontraba más rojo. "Es la chica más linda que he visto" pensó.

—B-bien —volvió a tartamudear.

La azabache formó una sonrisa ladina. —Lo sé.

—Aka-chan, ¿te gustan los pasteles?

𖣘𖣘𖣘

—Ya nomás hay que meterlo al horno  —explicó Hinata observando cómo sus hijos junto a la nueva amiga hacían un red velvet.

Para la mayor, fue increíble ver a su mayor hijo en la cocina preparando un pastel, no era común verlo ahí. Todo lo que hacía por amor, pues, para nadie en la familia Uzumaki-Hyūga era secreto que Boruto tenía un crush con la azabache; su madre sonrío al ver que estaba en su etapa de su primer amor.

—Yo les aviso cuando esté para que puedan venir a sacarlo y decorarlo.

—Gracias, Hinata-san.

Los tres salieron al patio de la gran residencia. En dónde pasaron muy a gusto jugando hasta la noche. El pastel les había quedado de maravilla, físicamente no se veía agradable, pero su sabor y consistencia sí, que era lo que importaba.

—Muchas gracias, Hima-chan, por invitarme a tu casa —agradeció la de ojos negros.

—Ya quiero pasar otra tarde contigo.

—Ven cuando quieras, Akame-chan —pidió la señora Uzumaki.

—De nuevo, gracias —se despidió y salió de ahí.

Ya era de dormir para ella.

𖣘𖣘𖣘

Uchiha Sasuke estaba reposado sobre un árbol a mitad de la noche. La luz que emitía la luna era lo que permitía poder hacerlo leer la carta enviada por su amigo, sin necesidad de utilizar el sharingan. Terminó de leer el contenido del mensaje, lo guardó sobre el sobre en el que venía, para luego quemarlo; aquello era confidencial, nadie podía saber de la probabilidad de existencia de una amenaza fuerte.

Con su expresión seria, se levantó y comenzó a caminar para llegar al pequeño pueblo donde estaba. Al día siguiente emprendería su ida a Konoha, y al no querer usar un ninjutsu de espacio-tiempo para movilizarse más rápido, decidió recargar energías para caminar.

Al llegar a su posada se recostó sobre la pequeña cama que había. Trataba de recordar algo, sentía que había escuchado sobre esa niña, pero por más que lo intentara, sus esfuerzos se volvían nulos. Cayó dormido sin darse cuenta.

No tuve tanta inspiración para el transcurso del día 😿

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No tuve tanta inspiración para el transcurso del día 😿

Su hija| La última Uchiha nacidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora