Capítulo 12

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AURORA

1 mes después.

–Aurora podrías venir por favor.

La voz de la directora me hizo alzar la cabeza de mi libro.

–Claro –respondí ordenando mis cosas–. ¿sucedió algo?

–Nada de que preocuparse, solamente requieren de tu atención.

Fruncí el ceño, pero no la refute. Una vez guardé mis cosas me puse de pie y la seguí de cerca mientras salíamos de la pequeña biblioteca que había en el recinto.

–¿Alguien tuvo alguna queja? –volví a preguntar con nervios.

Había avanzado en mi curso de obstetricia y ya era capaz de atender consultas por mí misma, pero siempre siendo supervisada.

–No linda, nada de eso –miro de reojo en mi dirección–. De hecho, te han pedido exclusivamente para una ecografía.

–Oh –exclame mientras suspiraba de alivio–. Pensé que algo malo había sucedido.

Una pequeña risa broto de mi directora y asintió en acuerdo.

–Suele suceder eso cuando nos llaman a algún lugar, siempre pensamos lo peor.

–Sí –respondí con una sonrisa.

Avanzamos por los pasillos de la clínica hasta llegar a una de las habitaciones, la directora se detuvo ante la puerta cerrada y volteó a verme.

–Como siempre, harás el procedimiento sola y yo estaré ahí para supervisar y ayudarte en caso de alguna duda –habló y solo asentí–. Lo harás excelente como siempre y luego conversaremos sobre tus clases ¿sí?

–Esta bien.

–Bien, vamos.

Abrió la puerta, ingresó y luego lo hice yo.

–Hola princesa –la voz de mi padre llegó a mis oídos–. ¿Cómo está la niña más hermosa?

No alcancé a reaccionar cuando ya se encontraba sobre mí alzándome en sus brazos y pegándome a su cuerpo. Rodeé su cuello con mis brazos y reí abrazándolo con fuerza.

–Hola papá, ¿Qué hacen aquí?

–Bueno es el segundo control de nuestro cachorro y que mejor que su hermana lo examine–respondió dejándome en el suelo, besó mi frente y luego me sonrió viéndome con esos ojos azules que compartíamos–. ¿Cierto mi vida?

–Cierto– respondió mamá que se encontraba sentada en una de las sillas.

–Bueno, ella realizara todo el procedimiento y yo solo supervisaré –la directora habló viéndome con orgullo–. Ya que es capaz de hacerlo por si sola.

–Obvio que sí, mi princesa es la más inteligente del universo –papá volvió a envolverme en sus brazos y besar mi frente.

–¡Ya! –reí alejándome con la calidez de su cariño en mi pecho –. Mamá necesito que vayas al baño y retires la ropa inferior, hay unas batas que pueden usar para cubrirte.

–Enseguida querida estudiante –respondió con una sonrisa que me hizo sonrojar.

Le dio un beso a mi padre en los labios y luego se adentro en el baño, mientras yo revisaba que todo estuviera en orden la escuchaba despojarse de su ropa y a los pocos minutos apareció con una bata.

Papá llego junto a ella y la ayudo a subir en la camilla, luego la acomodó bien y posterior a eso la ayudo colocando las piernas en las reposadoras especiales para estos controles y tapando sus piernas con una de las mantas que tenemos para ellas finalizando aquello con un beso en su frente.

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