AURORA
CUMPLEAÑOS PARTE DOS
Mi corazón latia sin tregua ante el delicioso aroma que despredía el lobo moteado frente a nosotras y nuestras extremidades como por arte de magia cobraron toda la fuerza que perdimos ante nuestra primera transformacion ante la cercanía que teníamos con él.
Una vez que Antón vió que podiamos mantenernos de pie por nuestra cuenta se alejó un par de centímetros y se sentó dejándose caer sobre su trasero.
Lo obsrvé atentamente memorizando cada rincón de su apariencia, porque como mamá decia, él no aparecía nunca. La última vez que Brenin habia dejado salir a Antón fue cuando yo aún estaba dentro de la panza de mamá y ella cayó.
Caida que fue evitada gracias a Antón que apareció sorpresivamente para ser un colchon en la caida.
–¿Qué haces aquí lobo loco? –mamá preguntó acercandose a él–. Tenía tiempo sin verte.
Mi lobo le dio una mirada fugaz antes de volver a centrar toda su atencion en mí, que permaneciamos de pie como unas idiotas viéndolo también.
–¿Hija? –la voz de papá hizo que lo viera–. ¿Estás bien? ¿Anahí está bien?
Y como si eso hubiera activado algo, Anahí se movió rapidamente con una energía recargada comenzando a saltar alrededor de nuestra familia. Las risas se hicieron notar enseguida y los gruñidos de Antón también ya que cada vez que pasabamos junto a él lo empujabamos.
–Mira, me recuerda a alguien –mi tio Felipe comenzó a reír viendonos dar saltos de felicidad–. Tal padre, tal hija.
–¿De qué hablan? –mamá preguntó acercándose a mí.
–Zeus saltó de la misma manera cuando apareció por primera vez –afirmó mi Tio.
–¿De verdad? –mamá rió llegando frente a nosotras que nos detuvimos para no herirla con nuestra alegría–. Eres hermosa mi pequeña estrellita...nunca habia visto un lobo cobrizo.
–Sí –papá se ríe–. Estaba feliz y tuvo la misma reaccion que mi pequeña.
Las caricias de mamá sobre nuestro pelaje lograron hacernos ronronear e inclinarnos hacia su tacto. Papá también aprovechó para acercarse y darnos caricias que solo nos hacian ronronear más por el cariño que nos entregaban.
–Bueno...–papá habló alejando unos pasos–. Zeus quiere jugar un momento con su lobita así que...
Sin decir nada más su cuerpo en menos de cinco segundos ya estaba transformado en el enorme lobo negro que sacudia su pelaje como para despejarse de la transformacion.
Con la mirada recorrimos la imponente figura de papá y sin poder evitarlo nos encogimos un poco ante su presencia.
–No le tengas miedo...–mamá susurró–. Es un lobo grande e intimidante, pero es mansito.
Noté como Zeus soltaba una especie de bufido y se acercaba a nosotras achicando su postura e inclinando su cuerpo sobre sus patas delanteras avanzando hacia donde estabamos con la cola en alto.
–Papá es muy grande, da miedo –susuró Anahí.
–Y el color negro de muerte no ayuda–susurré–. Pero no nos hará nada. Vamos...ataquemoslo.
Anahí lo piensa un poco viendo a su alrededor como el lugar se encuentra lleno de lobos que revolotean por aquí y por alla, algunos solos, otros en parejas o grupos más grandes. Y sin poder evitarlo nuestra vista cae en Antón que sigue sentado sobre su trasero observandonos.
ESTÁS LEYENDO
Recházame
FantasyAlmas gemelas, dos palabras que colocan el mundo de cualquiera de cabeza. Algo que todo lobo espera y anhela. ¿Pero que pasa cuando la encuentras en la hija de tu mejor amiga? ¿Cuándo eres varios años mayor? ¿Cuándo tienes miedo? Dicen que uno perdo...