Capítulo 27

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BRENIN

Cada parte del cuerpo me duele, mi corazón late desenfrenadamente en mi pecho ardiendo con cada latido y mis musculos ya se quejan debido a la tension que he mantenido en ellos desde que esas palabras salieron de la boca de mi pelirroja.

Idiota y mil veces idiota.

La seguí al baño con la intención de interceptarla y poder hablar, pese a que sabía no era el mejor lugar, necesitaba sacar todo lo que tenía dentro con respecto a nosotros y ella; pero no salió como imagine.

Mis demonios volvieron a atormentarme una vez la tuve de frente y me fue imposible hablar o siquiera moverme.

Niego con la cabeza antes de golpear la pared con la palma de mi mano cuando Celia sale del baño.

–¿Tu compañera? –pregunta alzando una ceja con picardia en su mirada.

–Sí –respondo con sinceridad.

–No por mucho por lo que oí –dice cruzandose de brazos sobre el pecho–. Ordena tu mente Brenin, porque estoy segura que tu oscuridad te ha abrazado impidiendo que su luz ingrese.

Bufó y recuesto mi espalda en la pared.

–¿Desde cuándo eres tan filosofica? –me burlo, pese a que mi cuerpo duele.

–Desde que me rescataste –se encoge de hombros–. Un par de años de terapia y buena compañía alejaron los demonios que me atormentaban...–suspira–. Ahora la pregunta es, ¿que sigues haciendo aquí?

Mi ceño se frunce.

–¿A qué te refieres?

–¿Por que no has ido tras ella idiota? –golpea mi brazo con la palma de su mano.

–Porque sé que su cabecita está pensando de todo en estos momentos, cosas erróneas por supuesto, pero si voy ahora no me creerá nada y no le gusta que la vean triste... –me encojo de hombros–. Ademas, esta loca si creé que la rechazaré o aceptaré esa mierda.

Una risa se escapa de Celia y niega con la cabeza.

–No la hagas sufrir pensando cosas erróneas y ve a hablar con ella –comienza a caminar–. Arregla todo antes de que sea tarde Brenin.

Vuelvo a bufar y camino por el pasillo viendo como se sienta junto a su compañera.

Con la mirada recorro el lugar desde la distancia, pero mis sentidos se agudizan cuando no veo a mi pelirroja en la mesa con sus amigos y mi vision se nubla por un momento mandándome hacia la pared.

"¿Qué carajo?", pienso afirmando el costado de mis sienes con el panico creciendo en mi cuerpo y más aún cuando se escucha el derrapar de un auto fuera del lugar y Matías con Dominic se colocan de pie rapidamente saliendo del bar.

Corro tras ellos, pese al leve mareo que no abandona mi cuerpo y salgo fuera viendo una camioneta negra avanzar con rapidez por la calle.

Mi respiración de descontrola al igual que los latidos de mi corazón cuando puedo sentir el aroma de Aurora, pero ella no está aquí.

Ambos hombres se transforman en sus lobos en menos de un segundo y comienzan a correr tras la camioneta aullando al cielo.

Aullido que me hiela la sangre de las venas, porque solo significa una cosa.

Se la llevaron.

Antón gruñe en mi interior y toma el control de mi cuerpo transformándose dando paso a sus patas peludas que apenas tocan el suelo comienzan a correr en dirección de los guardias. Olfatea el aire en busca de pistas sin dejar de correr y rapidamente el aroma a maracuyá golpea nuestras fosas nasales.

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