CAPÍTULO 12

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Advertencia: Contenido +18 explícito.

ANNE

Luego del momento agradable que pasé con lindos ojitos azules tomamos un taxi que nos llevó a un fraccionamiento donde habían casas muy lujosas, el taxi paró enfrente de una de éstas.

—Tu chófer ¿Porqué no nos esperó? — pregunté, era raro que teniendo un chófer a tu disposición tomaras un taxi o caminaras mucho para llegar a ciertos lugares.

—Porque quería libertad— fue todo lo que dijo ya que siguió su camino hacia la entrada de la casa, sacó unas llaves y entró.

La casa por fuera se veía muy futurista y elegante, pero por dentro era otro tema, por dentro la casa era un lugar elegante pero a la vez acogedor, el toque especial era la chimenea en la sala de estar.

—Vamos arriba a dormir— ordenó dirigiéndose a las escaleras  por lo que tuve que seguirlo por más que quisiera seguir explorando la casa.

Llegamos hasta una habitación con paredes completamente blancas. Dorian fue el primero en entrar y se comenzó a quitar los zapatos para luego dejarse caer en una cama con sábanas negras.

Me quedé parada en la puerta mientras veía a Dorian recostarse con su posición favorita—los brazos cruzados detrás de la cabeza—; él me miraba con una expresión divertida, no entendí el por qué hasta que palmeó sus piernas indicándome que me pusiera a horcadas sobre él.

Sabía qué quería, por lo que caminé hasta la cama, me quité los zapatos e hice lo que él me había ordenado que hiciera.

Una vez sentada en su regazo y sin más preámbulos comenzó a besarme con ganas, como siempre lo hacía, sus besos comenzaron en mi boca hasta llegar a mi cuello formando así un camino de besos húmedos.

Después de varios minutos en la misma posición repitiendo el mismo patrón, decidió que era mejor comenzar a despojarme de mi ropa por lo que tomó el borde mi camisa y la jaló hacia arriba dejándome en sostén, se quedó unos segundos más admirando mi piel desnuda para luego dejarme caer a un lado mientras él se ponía en medio de mis piernas quitándose la camisa al mismo tiempo. Siguió besándome como si quisiera comerme ahí mismo, pero marcó una diferencia al quitarme por primera vez el sostén.

Esto era algo raro, el sostén era la única prenda que jamás me quitaba cuando estaba tocándome, era como si estuviera guardando ese momento para alguna ocasión más adelante.

Cuando dejó al descubierto mis pechos los observó como si lo más maravilloso que había visto en su vida, se quedó observando sin hacer nada más; al terminar su análisis exhaustivo y sin dejarme descansar se hizo a un lado para bajar mis jeans junto con mis bragas dejándome desnuda por completo. Él hizo lo mismo con su ropa para quedar en el mismo estado que yo.

Pensé que como él ya no estaba encima de mí quería que yo me sentara de nuevo en su regazo, pero cuando hice un gesto de querer hacerlo hizo un gesto con una mano para que me detuviera.

—No, no quiero eso…— pausó dirigiendo su mirada hacia mis ojos y continuó hablando— creo que ya esperamos mucho tiempo, hemos estado jugando a tocarnos pero ya es hora de que llevemos el juego a un paso más.

—¿Te refieres a que…?

—Sí, quiero que follemos— no creo que mi expresión haya sido la mejor porque Dorian me dio una mirada extrañada, pero la forma cruda con la que habló fue lo que más me sacó de contexto.

—Y-yo pensé que eso era lo que hacíamos cuando …

—No, ese jueguito solo era tocarnos y quitarnos las ganas de manera superficial pero no es así como quiero tenerte ahora mismo.

TÚ ME ROMPISTE PRIMERO [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora