CAPÍTULO 19

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«Hablan mucho sobre que las despedidas no son un “para siempre” sino un “hasta pronto” pero, ¿Qué caso tiene pensar de esa manera si nada te asegura si se volverán a ver o no?» .
Anne Miller

ANNE

Desde que me despedí de mamá jamás imaginé que me dolería despedirme de alguien de nuevo.

No quería alejarme de Dorian, ¿Por miedo? Quizá. La verdad es que sí me aterraba la idea de que él conociera a alguien más y se olvidara que un cinco de marzo estaríamos juntos.

No me tomé la molestia de despedirme de los demás, las despedidas me dolían; era mejor así para evitar abrazos y lágrimas innecesarias. Dorian lo haría por mí ésta vez explicando el por qué de mi ida.

Tampoco me despedí con algún beso o abrazo de él. Nos bastó con una sonrisa genuina y un gesto de despedida con la mano para decir que tenía que irme a tomar otro vuelo para ir a la universidad.

El camino hacia el aeropuerto se sentía melancólico, mirar por la ventana las calles del país donde conocí al amor que quiero para mi vida y a otras personas maravillosas, me causa tantos sentimientos encontrados que hacen que quiera quebrarme.

¿Porqué tenía que comenzar de nuevo? Un nuevo país, un nuevo idioma, nuevas personas, nuevas calles… nueva vida.

No quería empezar otra vez cuando ya había conocido un hogar.

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Nueve horas más tarde

Cambridge, Massachusetts

Lara no se había despegado de mí en ningún momento, parecía más contenta que yo con mi ingreso a la universidad. No la culpo, Harvard es una de las mejores universidades del mundo, cualquiera se sentiría feliz de ser parte de su comunidad estudiantil.

—Harvard es muchísimo más asombroso en vivo—la sonrisa de mi asesora no abandonaba su cara— te enamorarás de la universidad.

—Sigo con la duda de cómo lograron que me aceptaran en la universidad… según yo, los estudiantes deben presentar un examen y pasarlo con un porcentaje mínimo en matemáticas y lectura de…

—Tenemos contactos— hizo un ademán de restarle importancia— . Tomaremos un taxi e iremos a tu departamento para que dejes tus maletas y te arregles un poco. En tres horas debes ir a tu primera clase.

—¿P-primera clase? — tragué saliva,nerviosa.

—Sí,Anne. Bueno, no es una clase como tal, te asignaron un catedrático para que te guíe de la mejor manera posible y te sea más fácil la universidad—explicó mientras detenía un taxi con la mano.

Mi mayor manía es ir en un automóvil mirando por la ventana para observar las calles. Massachusetts no era nada fuera de lo común, nada que me impresionara hasta ahora.

Nuestra parada fue un edificio departamental de lujo, ¿Acaso iba a vivir aquí?

Lara como si estuviera leyéndome la mente,habló— Este es tu nuevo hogar, queda a sólo diez minutos de la universidad así que no te será muy difícil transportarte— tomó mi mano mientras que con la otra llevaba una de mis maletas que luego fue tomada por uno de los porteros— ¿Entramos?

Asentí e ingresamos al edificio.

Vivir en ese lugar era como un sueño que sólo los millonarios aspiraban a cumplir, todo era tan perfecto pero sentía que no encajaba aquí, mi lugar no era este.

TÚ ME ROMPISTE PRIMERO [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora