CAPÍTULO 34

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Solo agrego la canción que se menciona en el capítulo para que entiendan mejor el contexto*.


« Los amigos deberían ser para siempre pero debemos acostumbrarnos a que también ellos pertenecen a etapas efímeras de la vida»
~Anne Miller


ANNE

Ayer pasé una noche larga, pensando en lo que Dorian me había dicho entre el beso. Esas cinco palabras en conjunto me destrozaban. Las odiaba tanto, era solo una oración corta pero hería más que un golpe en el dedo chiquito del pie.

«Eres mía Anne, solo mía».

Esa frase me hacía volver a sentirme un objeto que cualquiera podría utilizar a su antojo, de todas las formas posibles. Escucharlas me robaba el sueño y las esperanzas de que algún día llegaré a curarme y olvidarme de toda esa porquería que daña una parte de mí y luego contamina a todo lo demás.

En la sala de estar solo se encontraban los chicos mirando una película de terror. Dorian era el único que faltan ahí—porque estaba de viaje en China para una reunión de negocios—. Me acerqué a ellos para platicar como en los viejos tiempos.

—Hola, amores de mi vida— los saludé y me fui a sentar al lado de Daniel en un sillón.

—Hola,mi amor— Carlos fue el primero en saludar y lanzarme un beso al aire.

—Desde hace rato he estado escribiéndote para que bajaras a ver la película con nosotros— me recriminó Leonardo y sonreí inocentemente.

Yo y mi manía de dejar los mensajes ignorados.

—Lo siento.

—Más lo siento yo, la película ya terminó— suspiró rendido Alex mientras le robaba una papa frita a Leo.

—¿Y qué haremos en lo que resta del día? —les preguntó Daniel.

—No sé, ni siquiera pedí nacer y ahora tengo que pensar en qué ocupar mi tiempo— Leonardo se encogió de hombros.

—Pero, no me acordaba… hoy es el concierto de Chase Atlantic. ¡Deberíamos ir! —sugirió Alex con emoción y yo también me alegré.

—No me gustan tanto— expresó Daniel y lo miré con ojos de corderito.

—Anda, vamos, por favor Dani—pedí con un tono meloso para convencerlo.

—Si tú quieres, entonces yo también— me dio la razón y Alex y yo celebramos.

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Alex debería aprender que los boletos siempre se compran en la preventa y la venta oficial, ¡meses antes!

—Les dije, Alex es un idiota— espetó Leonardo por milésima vez en diez minutos—. Ya deberíamos irnos, no sé qué hacemos aquí.

—Chaval, tranquilo—Carlos le dio un apretón amistoso en el hombro—. Alex dijo que esperemos porque lo iba a resolver.

Leonardo le dio una mirada de poco amigos y se alejó unos metros de nosotros para sentarse en la banqueta y mirar su móvil.

—No es por defenderlo… pero creo que deberíamos irnos— suspiró Daniel y se pasó las manos por el rostro—. Solo estamos perdiendo el tiempo aquí y…

—¡Entren ya! — gritó Alex desde adentro y los guardias se hicieron a un lado para dejarnos pasar.

Sin pensarlo dos veces arrastré al pobre Daniel conmigo al local. Los otros dos nos siguieron—sin menos ganas que antes—.

TÚ ME ROMPISTE PRIMERO [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora